El sector agrario llega a 2017 con muchas incógnitas sobre el comercio exterior y el futuro de muchos mercados donde españa ha depositados sus esperanzas, ante el cúmulo de acontecimientos del año que acaba. Resalta especialmente la inquietud por la llegada de Donald Trump a la presidencia de EEUU.
Las relaciones comerciales y los acuerdos que la Unión Europea (UE) negocia o mantiene con países terceros figuran entre los caballos de batalla para el campo español. Estas son algunas de las mayores inquietudes.
La llegada de Trump abre muchas dudas sobre el futuro mercado que representará EEUU y para el ttip
Las organizaciones agrarias (Asaja, COAG y UPA) y Cooperativas Agroalimentarias han mostrado su preocupación, en declaraciones a Efeagro, por el cambio de presidente de EEUU, pues están en juego los intercambios con un mercado fundamental.
EEUU es el principal cliente de las exportaciones agroalimentarias de la UE, con compras por valor de 18.970 millones de euros en 2015 (1.485,5 millones corresponden a productos españoles), según el Instituto de Comercio Exterior español (ICEX).
La Unión ha metido “en el congelador” la negociación con Washington del Tratado Transatlántico de Libre Comercio e Inversiones (TTIP). Pero el efecto del giro que dé EEUU va más allá de ese convenio.
“Queremos que se respeten los protocolos en vigor entre la UE y EEUU y que no haya más proteccionismo”, ha indicado el director de Relaciones Internacionales de Cooperativas Agro-alimentarias, Gabriel Trenzado, quien ha mencionado los temores sobre la posibilidad de que aumenten las trabas en fronteras a envíos como los hortofrutícolas.
El director de relaciones internacionales de Asaja, Ignacio López, ha explicado que EEUU puede tener “herramientas a su favor para ese proteccionismo”, como créditos a la exportación. Ha recordado que dentro de la Organización Mundial del Comercio (OMC) EEUU no asumía sus compromisos con la misma transparencia que la UE en la limitación de las subvenciones.
“El comercio con EEUU seguirá pero la diferencia estará en el coste económico o en las regulaciones”, según López.
Para el secretario general de COAG, Miguel Blanco, el problema “no son los aranceles o contingentes”, sino la preocupación porque no entren a la UE producciones o prácticas prohibidas para el agricultor o ganadero comunitario.
“Que el TTIP esté paralizado no quiere decir que Trump y su Gobierno no lo echen para adelante, pero preocupan aún más las posiciones populistas y ultranacionalistas en favor de un acuerdo todavía más lesivo para los europeos”, según Blanco.
Los efectos del Brexit están por definir como la implicación que tendrá el acuerdo con Canadá
El Reino Unido iniciará previsiblemente las conversaciones oficiales con Bruselas para acordar los términos de su desconexión de la UE.
España vende alimentos y bebidas por valor de 3.581,2 millones al Reino Unido, cuarto destino más importante para el sector, según el ICEX. Según el instituto de investigación Farm Europe, el “brexit” podría perjudicar a carnes y a vinos españoles, mientras que en frutas y verduras sería más fácil mantener la posición actual.
Asimismo, el acuerdo de libre comercio entre la UE y Canadá, conocido como CETA, debe ser ratificado por el Parlamento Europeo para su entrada en vigor.
Según las cooperativas, hace falta “un marco de juego delimitado” para que la apertura sea recíproca.
Al hablar de Canadá, Cooperativas Agroalimentarias ha denunciado cambios en los protocolos para la importación de fruta, “sin causas justificadas”, que entorpecen los envíos de ciruelas, nectarinas o caquis.
Preocupan la eliminación de controles y de requisitos a Sudáfrica o a Mercosur
El pacto suscrito entre la UE y varias naciones de África del Sur amplía tanto el acceso como el período de importación de cítricos de Sudáfrica, lo que, además de suponer un problema de competencia, hace temer la entrada de plagas como la “mancha negra”.
De igual forma, seguirán las negociaciones para un acuerdo entre la UE y Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay). Según propuestas oficiosas que circulan por Bruselas, la Comisión Europea podría estar pensando en eliminar concesiones al vacuno del bloque latinoamericano; sin embargo se mantienen cuotas de importación de zumo de naranja concentrado, lo que perjudicaría a España.
Según las cooperativas, esto es un ejemplo de la falta de equilibrio en las discusiones comerciales, porque los productos mediterráneos salen malparados.
Dudas sobre si continuará el boicot a Rusia y el efecto de la sentencia sobre el acuerdo comercial con Marruecos
Rusia mantendrá en 2017 el boicot contra productos frescos comunitarios como frutas, hortalizas, carnes o alimentos pesqueros. El veto empezó hace tres años, como represalia de Moscú por las sanciones de la UE por su papel en el conflicto con Ucrania. En 2015, España redujo sus ventas al mercado ruso en 785,3 millones, según el ICEX.
De igual forma, el Tribunal de la UE ha validado el acuerdo comercial con Marruecos, al considerar que no menciona expresamente su aplicación en el Sahara Occidental. Está por ver el impacto de la sentencia. Los agricultores españoles muestran discrepancias y piden más control a las importaciones.
La acumulación de todos estos acontecimientos “ha supuesto un claro frenazo” y una llamada de atención a los Gobiernos sobre las relaciones comerciales, según la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA).
“El mundo rural se ha convertido en protagonista” de movimientos como los derivados Brexit o de la victoria de Trump en EEUU, donde los análisis sociológicos han demostrado un posicionamiento distante y enfrentado entre pueblos y ciudades”, según UPA.
“Esperamos que los poderes públicos sean más conscientes de que se nos debe tener muy en cuenta; debemos ser protagonistas de cualquier negociación comercial, económica y estratégica”, según UPA.
(Texto: Mercedes Salas / Efeagro)
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