EFE.- Así se recoge en el último informe de la CHE para el control y vigilancia de la contaminación de origen agrícola en las aguas superficiales de la cuenca del Ebro, realizado en los meses de febrero, mayo, junio, julio y septiembre de 2012 y que ya se puede consultar en la página web del organismo de cuenca.

En este tiempo se han realizado 2.570 análisis en los que se han analizado un total de 25 sustancias diferentes en 23 puntos de muestreo, la mayoría ubicados en tramos de río que recogen las aguas de escorrentía de las zonas agrícolas, con una frecuencia de cinco tomas anuales, informa la CHE en una nota de prensa.

En concreto, se superó la concentración media anual por Metolacloro en Barranco de la Violada en La Pardina y la media anual por Clorpirifós en los seis restantes: Clamor Amarga en Zaidín, Noguera Ribagorzana en Acequia de Corbins, Segre en Serós y Canal Serós en embalse de Utxesa -que también sobrepasaron en el muestreo de julio la concentración máxima admisible-, Arba de Luesia en Tauste y Barranco de Valcuerna en Candasnos, que en junio superaron además la concentración máxima admisible.

Además, las estaciones donde se ha obtenido un mayor nivel de plaguicidas son las de Flumen en Sariñena, Alcanadre en Ontiñena, Clamor Amarga en Zaidín, Barranco de La Violada en La Pardina y Barranco de La Valcuerna en Candasnos y en menos medida, Arba de Luesia en Tauste y Segre en Vilanova de la Barca.

La CHE ha analizado también la presencia de plaguicidas en las estaciones que controlan puntos donde se capta agua para abastecimiento (red ABASTA), para lo que se tomó una muestra en 122 de las 135 estaciones de la red para analizar la presencia de 29 sustancias.

Los resultados por encima del límite de cuantificación fueron pocos, un 2 %, y en ningún caso la suma total de plaguicidas de un análisis fue superior a 500mg/L, lo que confirma la baja presencia de estos compuestos en un año en el que el límite de cuantificación de los analizadores del Laboratorio de la Confederación se ha reducido, dando una sensibilidad mayor a la detección.

Estos límites no son de obligado cumplimiento para el agua bruta y con un tratamiento de potabilización adecuado, el agua de consumo humano queda exenta de plaguicidas.

El análisis de los plaguicidas se ha realizado en el Laboratorio de Calidad de Aguas de la Confederación Hidrográfica del Ebro.

Los resultados se han interpretado según los criterios de la Directiva 2008/105/CE, por la que se establecen Normas de Calidad Ambiental.

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