Siete personas han sido detenidas en la provincia de Badajoz por dieciséis hurtos en distintas explotaciones agrícolas de las comarcas pacenses de Tierra de Barros y Río Bodión, de donde se apoderaron de trece toneladas de almendras, valoradas en unos 20.000 euros.
Según ha informado este jueves 1 la Guardia Civil en nota de prensa, dentro de esta operación, denominada Bocacha, han sido detenidos cinco vecinos de Santa Marta de los Barros, como presuntos autores materiales del robo de las almendras.
los encargados de su venta habían falsificado documentos para intentar simular el robo como un envío desde Portugal
También se ha procedido a la detención de los encargados de un punto de venta de este fruto y de una empresa de transporte, quienes falsificaron documentos para intentar simular el envío desde Portugal de las almendras sustraídas.
Con motivo de los numerosos casos de robo que se estaban produciendo desde el pasado mes de julio en explotaciones de almendras repartidas por toda la geografía pacense, la Guardia Civil inició una serie de investigaciones para esclarecer los hechos.
Así fue como se puso en marcha la primera fase de la operación, que permitió constatar la implicación de un grupo delictivo, asentado actualmente en el municipio de Santa Marta de los Barros y que contaba con la colaboración del encargado de un punto de venta de este fruto, dentro de ese mismo municipio, quien les cedió un almacén para ocultar la mercancía sustraída.
Una vez identificados los puntos de almacenamiento del fruto robado, a últimos de este pasado mes de agosto se realizaron las correspondientes inspecciones en dos almacenes de Santa Marta de los Barros, propiedad del encargado del punto de venta, donde los agentes recuperaron e intervinieron 10.680 kilogramos de almendras.
Además, la Guardia Civil se ha incautado de una furgoneta y herramientas para la recogida y limpieza de la almendra, supuestamente utilizados por el grupo en su actividad delictiva.
Posteriormente se detuvo al encargado del punto de venta, receptador del fruto sustraído, quien supuestamente falsificó documentos de entrada de las almendras a sabiendas de su procedencia ilícita, además de ceder un almacén de su propiedad para que las pudieran limpiar y esconder.
En la segunda fase de la operación, con los indicios y pruebas obtenidas, se implicó al encargado de una empresa de transporte, quien, con su firma, falsificó los envíos de las almendras sustraídas y falseó documentos que simulaban el transporte del fruto desde Portugal.