EFE.- La sequía, que comenzó en diciembre pasado con temperaturas que oscilan entre los 40 y los 45 grados centígrados, ha sido atribuida por las autoridades al cambio climático, la deforestación y la actividad extensiva de industrias agrícolas y petroleras entre otras razones.

La ministra del Medioambiente, Luz Helena Sarmiento, reconoció la gravedad de la situación que, según medios de prensa, afecta un área de entre 250.000 y 300.000 hectáreas.

«Vamos a determinar las zonas donde tenemos que hacer pozos inmediatamente, donde tenemos que traer agua para el tema de adecuación de los abrevaderos» para el ganado, dijo la ministra quien subrayó la necesidad de «empezar a garantizar también el bienestar de lo pobladores».

La situación más crítica se registra en los municipios de Paz de Ariporo, Hato Corozal y Trinidad, según las autoridades.

El alcalde de Paz de Ariporo, Edgar Bejarano, dijo a periodistas que en los dos últimos meses han muerto alrededor de 3.000 reses y unos 20.000 chigüiros (Hydrochoerus hydrochaeris), roedores herbívoros típicos de los humedales suramericanos cuya carne es muy apreciada.

Según la ministra, la causa de la sequía puede deberse a que «hay una expansión bastante alta de la ganadería extensiva» y de otro tipo de actividades como la explotación petrolera «que pueden estar impactando en el medio ambiente».

Ante la gravedad de la situación, la Gobernación de Casanare estudia la posibilidad de decretar la emergencia ambiental que le permitiría destinar más recursos para enfrentar la crisis.

Estos recursos se invertirían en «la contratación de maquinaria que se usará en la adecuación de reservorios de agua como lagunas, esteros y humedales, con lo que se espera abastecer la fauna silvestre del sector, para evitar que sigan muriendo tantos animales por deshidratación», afirmó el gobernador de Casanare, Marco Tulio Ruiz.

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