La sequía condicionará la campaña de girasol en las principales regiones productoras, que se complicará además por los ataques de fauna silvestre que se alimenta de este «delicatessen» y por la baja productividad de los secanos.
La superficie rondó las 720.000 hectáreas en 2016, que aportaron más de 713.000 toneladas, según los datos del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, aunque para 2017 hay muchas más incertidumbres.
Desde la Asociación de Comercio de Cereales y Oleaginosas de España (Accoe), José Manuel Álvarez indica que la tendencia en los últimos años es que las superficies vayan «a la baja», debido a los bajos rendimientos de estas planta, ligada mayoritariamente a los secanos.
los precios rondan los 360 euros/t, cuando el coste oscila entre 400 y 520 euros por hectárea
El responsable técnico de herbáceos de Asaja-Sevilla, José Vázquez, explica que muchos agricultores se han visto abocados a modificar sus declaraciones de la Política Agraria Común (PAC) ante los ataques de conejos y pájaros.
La campaña de girasol que «ha tirado para adelante», ayudado por las últimas lluvias y las temperaturas «está floreciendo», aunque para Vázquez el cultivo «no levanta cabeza» porque los precios rondan los 360 euros/t, cuando el coste oscila entre 400 y 520 euros por hectárea, por lo que deberían lograrse rendimientos poco probables (1.200 kilos por hectárea) para «cubrir costes».
«El cultivo va cayendo año tras año», ya que para ser atractivo para el productor su valor debería ser un 50 % superior.
Asaja indica que el agricultor aumenta la plantación de colza, garbanzo, cebada o triticale, en detrimento de la campaña de girasol, aunque Sevilla se mantiene aún como la principal productora nacional.
apenas se cubren los gastos de producción y «si no cambia la situación, llegará a desaparecer»
El presidente de Asaja Córdoba, Ignacio Fernández de Mesa, señala que se ha sembrado entre un 15 y un 20% menos en la provincia y que «vientos fuertes de Levante, altas temperatura de abril y las nulas precipitaciones han hecho que no se desarrolle con normalidad».
Este herbáceo «es cada vez menos rentable en la campiña cordobesa, debido a que las producciones son medias y los precios se encuentran estancados y apenas cubren los gastos de producción. Si no cambia la situación, llegará a desaparecer», advierte.
Por su parte, el secretario del consejo rector de la cooperativa vallisoletana ACOR, Javier Narváez, asegura que no cree que «sea un año espectacular» por la climatología, aunque en líneas generales detecta «luces y sombras» para el girasol en Castilla y León.
De un lado, la campaña de girasol de secano sufrirá porque la planta no tendrá humedad en capas profundas para «aguantar» el verano, pero por el contrario muchos agricultores del regadío se decantarán por el girasol al no poder cultivar maíz, remolacha y otros cultivos exigentes de agua.
En Castilla y León, donde es habitual sembrar a partir de San Isidro, podrían mejorar las expectativas con las precipitaciones.
El gerente de la cooperativa Campo Segoviano II, José Antonio Monjas, prevé que se siembre ligeramente por encima del año anterior, a costa del barbecho, aprovechando las últimas lluvias y que se pueden cambiar las solicitudes de la PAC hasta el 30 de mayo.
Para el responsable de herbáceos de Cooperativas Agro-alimentarias de Castilla-La Mancha, Ramón López, «la gente duda si sembrar o no» debido a la sequía y, de momento, se han plantado sólo parcelas donde hay «algo de humedad, que no son muchas».
López apunta que, incluso, se están retirando de sementera muchas parcelas que se habían declarado como de girasol en los seguros o para la tramitación de ayudas PAC porque «no van a nacer», de tal forma que buena parte de ellas se dejarán en barbecho.
El secretario general de UPA Cuenca, Miguel Esponera, califica de «desastre» la situación en toda Castilla-La Mancha, incluidas las zonas de altura por la falta de agua; en el caso del girasol, los agricultores se encuentran al labrar que la tierra está tan seca que haría prácticamente inviable la germinación de las semillas.
En algunas zonas la campaña de girasol podría salvarse si finalmente empieza a llover
Esponera cree que algunos agricultores han desplazado la campaña de girasol por la colza, aunque no hay demasiadas alternativas.
Otro problema añadido, según afirma, son los ciervos y jabalíes en las áreas de sierra, que se alimentan y esquilman estos campos.
Desde UAGA-COAG, José Antonio Miguel prevé estabilidad en la superficie sembrada para este año en Aragón y, entre los problemas, recuerda que están «sembrando en seco», un contratiempo porque el cultivo necesita humedad en el terreno para asegurar una buena nascencia.
El regadío «está bastante asegurado» en la margen izquierda del Ebro, pero «no tanto» en la derecha por el bajo volumen embalsado.
En secano, la previsión de producción para todos los herbáceos es «catastrófica» aunque el girasol podría recuperarse si llueve.