EFE.- Esa inversión que, a priori, realiza la propia empresa encargada de la instalación, Rebi -Recursos de la Biomasa-, con sede central en Valladolid, será abonada por los 237 vecinos que se beneficiarán de las nuevas calderas, según sus propias necesidades, pudiendo pagarla a lo largo de los diez años que dura el contrato con Rebi.
En este sentido, el representante vecinal, Vicente Requejo, ha explicado que cada vecino deberá abonar 3.000 euros pero, con lo que se van a ahorrar respecto a la factura que pagaban de combustible, "supone que no sólo no hay que aportar ni un euro más, sino que aún se ahorra cada vecino unos doce de la cuota mensual".
Por tanto, una de las principales ventajas de la biomasa es la "económica", puesto que las calderas "se alimentan de ‘pelets’ -pequeños cilindros de serrín y virutas de madera seca, triturada y prensada-, que son mucho más baratos que el gasóleo y el gas", junto a la "medioambiental", ya que "supone una reducción a una décima parte de la emisión de dióxido de carbono".
Así lo ha indicado hoy durante la presentación de las nuevas instalaciones el director general de Rebi, Alberto Gómez, que ha estado acompañado por el alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva, quien ha hecho un llamamiento a los ciudadanos para que "sigan el ejemplo de esta comunidad de vecinos".
El propio Ayuntamiento ya ha puesto en marcha varias instalaciones de calefacción con biomasa en diferentes edificios institucionales como la Casa del Barco, sede de la Concejalía de Desarrollo Sostenible, el depósito canino o el Centro Cívico de Puente Duero, a los que se irán añadiendo más.
"El Ayuntamiento, que firmó el pacto de alcaldes en el que nos comprometimos a reducir la emisión de carbono, al año 2020, en un veinte por ciento, es el primero que tiene que dar ejemplo a la hora de desarrollar este tipo de iniciativas, pero también queremos transmitirlas al resto de ciudadanos de Valladolid", ha añadido el alcalde.
Una de las ventajas de la biomasa es que España es la segunda potencia europea en recursos forestales, lo que garantiza el suministro de las instalaciones de este tipo y, además, para producir ‘pelets’ no se atenta contra la masa forestal, ya que se obtiene de la limpieza de los bosques, de ramas caídas o de la poda anual.