Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos y la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU) han mantenido un encuentro para tratar cómo está afectando la inflación en alimentación tanto a los agricultores y ganaderos, como a los consumidores y han intercambiado impresiones acerca del funcionamiento de la Ley de la Cadena Alimentaria, la necesidad de un etiquetado claro y el modelo productivo que es necesario defender tanto a productores y consumidores.
Unión de Uniones ha puesto sobre la mesa la desproporción entre los precios en origen y en consumo ya que, en el caso de las frutas y hortalizas, no es raro que los precios se multipliquen por 6 ó 7 veces y la carne, la leche y los huevos por 3.
Asimismo, se constata también que los precios de la alimentación en mayo y junio han subido más que el IPC general. Ambas entidades coinciden en que el encarecimiento de la alimentación es preocupante, pero está siendo encubierto por la brutal alza de la energía y obedece en parte a movimientos especulativos que usan la situación de la agresión rusa a Ucrania como excusa para subir los precios.
Unión de Uniones ha trasladado a CECU que la situación no es responsabilidad de los productores, que no cubren ni sus costes de producción, con una Ley de la Cadena Alimentaria que no funciona porque carece de instrumentos fundamentales como referencias estadísticas fiables de precios y costes, la definición de la posición de dominio y la prohibición de la reventa a pérdidas.
Tanto CECU como la organización agraria se han mostrado a favor de políticas que protejan el modelo productivo caracterizado por, una elevada exigencia ambiental, social y ética, porque es bueno para proteger a los productores y a los consumidores. Para Unión de Uniones «es una incoherencia por parte de quienes nos gobiernan decir que defienden la ganadería extensiva de ovino y firmar un acuerdo con Nueva Zelanda para traer corderos de las antípodas». Ambas entidades apuestan por requerir a los productos importados las mismas condiciones que a los procedentes de la UE y por los canales cortos y los consumos locales y de temporada, para que haya más personas trabajando en el campo y en nuestros pueblos.
CECU y Unión de Uniones se muestran favorables también a un etiquetado de los alimentos, sencillo para los consumidores, que no represente una carga burocrática excesiva y sustentado por las evidencias científicas. Para la organización agraria resultaría fundamental, además, que se extendiera el etiquetado de origen a todos los productos alimentarios, incluida la procedencia de las materias primas.
Unión de Uniones y CECU consideran que en todos estos ámbitos y en algún otro es posible hallar puntos de encuentro en los que la colaboración entre consumidores y productores primarios sea útil para ambos. Por este motivo, la organización agraria tiene previsto mantener reuniones con otras organizaciones de consumidores en próximas fechas.