Cooperativas Agroalimentarias y las organizaciones agrarias Asaja, Coag y UPA han manifestado, en declaraciones a Efeagro, reacciones dispares sobre el acuerdo comercial firmado entre la Unión Europea (UE) y Canadá, conocido como CETA.
El director de relaciones internacionales de Cooperativas Agro-alimentarias, Gabriel Trenzado, ha abogado por la «prudencia», pues si bien el acuerdo tiene aspectos positivos, el sector debe permanecer «alerta» sobre su aplicación y gestión, ya que «algunos elementos no están claros».
El CETA no incluye un «reconocimiento mutuo» de las normas fitosanitarias, lo que puede suponer una traba
Ha reconocido que la apertura del mercado canadiense ofrece oportunidades para algunos subsectores con «clara vocación exportadora, como el aceite de oliva, la aceituna de mesa o el vino».
Sin embargo, ha añadido, el CETA no incluye un «reconocimiento mutuo» de las normas fitosanitarias, lo que puede suponer una traba, entre otras barreras «no comerciales» que provocan preocupación.
Además, ha señalado que en el sector cárnico se han hecho «concesiones importantes» a los envíos canadienses, por ejemplo en el porcino, y «no se sabe cuál será el impacto» de esta apertura en la ganadería de la Unión Europea (UE).
El director de relaciones internacionales de Asaja, Ignacio López, ha subrayado que el CETA tiene un «potencial positivo», porque puede beneficiar a productos como los hortofrutícolas, quesos, galletas, aceites o derivados cárnicos.
En ganadería, las concesiones a Canadá podrían tener impacto en la producción comunitaria o española
No obstante, ha apuntado que la parte «defensiva» para la UE sería la ganadería, pues las concesiones a Canadá podrían tener impacto en la producción comunitaria o española, porque se han acordado «contingentes generosos» de exportación.
El representante de Asaja ha confiado en que se hayan armonizado normas sobre producción ganadera y que el acuerdo también implique el reconocimiento de denominaciones de origen, una parte españolas.
López también ha valorado que, al pertenecer Canadá al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA), el CETA servirá de «antesala» para que los productos españoles tengan mejor acceso a mercados como EEUU o México.
Desde COAG, el representante de la comisión ejecutiva Andoni García ha rechazado el CETA, además de mostrar su preocupación sobre su efecto en la agricultura.
Ha remarcado que el modelo productivo canadiense es muy diferente al comunitario, con costes «mucho más baratos», especialmente en el sector ganadero, y, en este punto, ha apuntado que el CETA implica la eliminación de aranceles para 50.000 toneladas de vacuno de ese país.
COAG propone el rechazo directo al acuerdo y UPA love «perjudicial» para los agricultores y ganaderos
García ha mostrado desconfianza por los métodos sanitarios de producción ganadera de Canadá, donde «no se aplica el principio de precaución de la UE» .
En relación a las denominaciones, ha apuntado que la cuestión no es que se protejan 140 sino que «quedan desprotegidas la mayoría» de estas enseñas de calidad (unas 1.500), aspecto que también rechaza la organización agraria UPA.
COAG ha cuestionado, además, el sistema de tribunales privados de arbitraje previstos en el CETA, para resolver litigios entre inversores y Estados, porque supone dar poder a las empresas frente a la soberanía de los países.
García ha explicado que el CETA estará ahora en una fase de aplicación «provisional», por lo que ha instado a los Parlamentos de la UE, entre ellos el español, a vetar su puesta en marcha definitiva.
El secretario de relaciones internacionales de UPA, José Manuel Rocha, ha manifestado que desde el punto de vista agroalimentario, el acuerdo es «perjudicial» porque el campo se ha utilizado como «moneda de cambio» como ocurrió con otros convenios comerciales.
Según UPA, el CETA beneficiará a las «grandes empresas» pero para los agricultores el problema está en que no existe «reciprocidad».
La organización agraria ha criticado que el tratado aumente el acceso a importaciones agroalimentarias obtenidas con costes de producción muy inferiores a los que tiene un agricultor europeo. Entre los productos con concesiones a Canadá ha citado el bovino, el porcino y el trigo.