La implantación del cuaderno digital de explotación agraria (CUE) se retrasa hasta el 1 de septiembre de 2023, ocho meses después de lo previsto, un tiempo que ganan los agricultores para hacerse con esta tecnología que será de obligado uso y en el que los técnicos están llamados a tener un papel protagonista.

Las preguntas sobre esta herramienta son aún muchas porque las respuestas tienen que concretarse en la reglamentación necesaria, que debe estar aprobada antes de que acabe el año o a principios de 2023, según las fuentes consultadas por Efeagro.

El responsable de Sostenibilidad, Calidad e Innovación en Cooperativas Agroalimentarias de España, Juan Sagarna, detalla que el corpus normativo de este salto hacia la digitalización en el campo lo componen cuatro leyes.

La primera, y esencial, es la Ley Básica de aplicación de la PAC (ahora en el Senado); el real decreto por el que se establece y regula el Sistema de Información de Explotaciones Agrícolas y Ganaderas y de la Producción Agraria (SIEX) (aún en fase de proyecto); el real decreto de nutrición de suelos agrícolas; y una modificación del real decreto de los usos sostenibles de los fitosanitarios.

Todas esas normas, en su conjunto y una vez aprobadas, dejarán claro «exactamente» el alcance del CUE, explica.

SE RETRASA A 2024 EN LAS EXPLOTACIONES MÁS PEQUEÑAS QUE SERÁN LAS QUE TENGAN MENOS DE 30 HECTÁREAS DE CULTIVOS HERBÁCEOS; 10 HECTÁREAS DE LEÑOSOS O 5 HECTÁREAS DE REGADÍOS

Pero una vez lista la normativa, las grandes preguntas son cómo afronta su aplicación el agricultor a pie de campo o si todos están preparados para ello.

Por el momento, como ya se ha dicho, se ha pospuesto al 1 de septiembre de 2023 y para el 1 de septiembre de 2024 a las explotaciones más pequeñas que, según el borrador normativo, serán las que tengan menos de 30 hectáreas de cultivos herbáceos; 10 hectáreas de leñosos o 5 hectáreas de regadíos.

Es un año que se gana para la necesaria formación en un sector envejecido y probablemente menos familiarizado con estos usos digitales a nivel laboral.

Por eso, para afrontar el «primer golpe», Sagarna aconseja al más del millón de cooperativistas agrarios que hay en España que acudan a sus cooperativas porque sus técnicos les ayudarán a rellenar «correctamente» el cuaderno con los datos sobre tratamientos fitosanitarios, fertilización y demás labores hechas.

Intuye que será la solución inicial y, de hecho, una consulta interna que han hecho revela que el 95 % de las cooperativas consideran que serán ellas la que tendrán que rellenar los CUE a sus agricultores en un primer momento.

Cooperativas Agro-alimentarias se ha puesto manos a la obra y ya está desarrollando, de la mano de la compañía Hispatec, su herramienta digital del cuaderno de campo a la espera de saber los requisitos legales para adaptarla y que sea validada por la Administración para su uso.

Sagarna habla de «dos años muy tumultuosos» para la implantación del cuaderno, hasta que el agricultor lo maneje, y pide al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación un período transitorio de aplicación así como que no lo transforme en «una herramienta de sanción».

Marcos Gracés tiene 36 años, es agricultor cerealista y ganadero de porcino en la zona de Bañón (Teruel) y conoce este tipo de tecnología porque lleva usando «apps» de recogida de datos desde hace cuatro años.

Ve «positiva» la implementación del cuaderno digital porque «facilita» la vida del productor pero es consciente también de que la edad media del sector es «muy elevada» y eso puede complicar su uso.

También aconseja que los agricultores vayan, al menos en un primer momento, a las gestorías especializadas, a las organizaciones agrarias o a las cooperativas para que sus servicios técnicos les ayuden.

«Al final, las entidades tramitadoras tendrán que asumir esa parte de carga -burocrática- y se le cobrará al agricultor como un gasto más», augura.

También aboga por un período de prueba de un año para que se vayan familiarizando los agricultores más mayores ya que cree que los más jóvenes «no tendrán problema» en usarla y sólo será «habituarse a la rutina de introducir los datos» casi a diario.

Al ingeniero agrónomo y agricultor Fernando López el desarrollo del CUE le parece «una buena idea» porque es una herramienta que, «bien entendida y llevada a cabo, sirve para aglutinar todos los datos de una explotación» e intercambiarlos con las administraciones.

Este profesional también cree que «lo más práctico» es que los agricultores acudan a los técnicos especializados para que les ayuden en el proceso, «como hacen ahora para cumplimentar la solicitud de la PAC».

López usa webs y plataformas digitales para hacer un «seguimiento» digital de sus cultivos y anotar «todas» las labores que realiza y eso le sirve para «agilizar» su trabajo.

Está claro, por todo ello, que los expertos que ya trabajan con herramientas similares al cuaderno digital de campo apuestan porque los agricultores den sus primeros pasos de la mano de los técnicos especialistas hasta que puedan manejar con facilidad y precisión esta tecnología.

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