El representante de Asaja Extremadura, Juan Metidieri, ha denunciado el «afán recaudatorio desmesurado» por parte de la administración con el impuesto de sucesiones y donaciones y el llamado «catastrazo», y ha exigido que «se ponga freno» a la elevada presión fiscal que soportan los extremeños.
En rueda de prensa, el también presidente de APAG-Extremadura-Asaja se ha referido a la modificación catastral en el medio rural, el «catastrazo» que se ha impuesto en todas las zonas rústicas, «por las propias parcelas o superficie como por las casas de apero, naves e incluso cobertizos donde solo se almacena paja».
Denuncia que con el abono el IBI rústico «se paga dos impuestos por un mismo uso con un único fin recaudatorio»
Se ha pasado «de no estar pagando a tener que pagar unas cantidades bastantes desorbitadas», ha asegurado Metidieri, quien ha censurado que «se han hecho unas valoraciones catastrales sin tener en cuenta tanto la antigüedad de esas viviendas como el uso al cual se están destinando actualmente».
Ha recordado que ya están pagando también el IBI rústico por lo que cree que «pagar dos impuestos por un mismo uso, el único fin que tiene es recaudatorio».
Metidieri ha mencionado, igualmente, el impuesto de sucesiones y donaciones que es «un verdadero atraco al contribuyente, a todos los ciudadanos extremeños, no solo al sector agroganadero», y que lo único que provoca es que haya «paraísos fiscales dentro de España».
Según ha mencionado, hay comunidades que pagarían cero por este mismo impuesto, mientras que los extremeños se dejan «más de una tercera parte de la herencia», por lo que ha trasladado su adhesión a la campaña que hay acerca de este impuesto en la región.
En su opinión, si el ciudadano percibe que quien únicamente se beneficia es la Hacienda pública, llegará «un momento en que será difícil hacer frente a estos pagos y se renunciará a las propias herencias».
Sobre el impuesto de sucesiones, Asaja considera que «no se debe pagar tanto en vida como en muerte»
Como ejemplo ha detallado un caso que han trabajado los técnicos de ASAJA, en el que una persona tiene que pagar «232.000 euros» para poder heredar la herencia que le ha dejado su tío, con «un valor aproximado de 601.000 euros», de los que «58.000 corresponden a la vivienda y 543.000 euros a la superficie, que puede ser una explotación aproximada de unas 70 u 80 hectáreas de secano».
A su juicio, se tiene que adecuar el impuesto a lo que realmente se tiene que pagar y, sobre todo, «no pagar tanto en vida como en muerte», al tiempo que ha tildado de «inconcebible» que Extremadura sea comunidad que se sitúa «a la cabeza en impuestos».
«Estamos cansados de tanta presión fiscal», ha aseverado, para subrayar después que están pagando además las guarderías rurales, el arreglo de caminos… «Si no se pone freno a esto, al final tendremos que movilizarnos», ha añadido.
Metidieri ha asegurado que en el impuesto de sucesiones y donaciones, con la anterior ley de febrero de 2015, se aplicaban «unas bonificaciones del 99 %, 95 % y 90 % sobre una base imponible de 175.000, 325.000 y 600.000 euros», pero con la modificación en diciembre del año pasado, «se suprimieron y se pagaría íntegro».
Además, el impuesto sobre actos jurídicos documentados ha pasado «del 1,20 por ciento al 1,5 por ciento» y las operaciones inmobiliarias dejan de tener «una exención del 2 por ciento para pasar a ser del 3 por ciento».
Otro tributo que se ha incrementado con la modificación de la ley es el impuesto sobre la eliminación de residuos en vertederos en sus tres categorías: «en residuos peligrosos sube en 3 euros por tonelada; no peligrosos, dos euros; y residuos inertes, 0,50».