A los gobiernos de la Unión Europea se les puede permitir otorgar más ayuda estatal a proyectos que ayuden al bloque a lograr sus objetivos climáticos e impulsar los proyectos ecológicos, dijo el martes 22 la jefa antimonopolio de Europa, Margrethe Vestager, calificando este incentivo como un bono verde. En contraste, las fábricas contaminantes o las plantas de energía pueden ser rechazadas cuando buscan ayuda estatal, dijo.
Los comentarios de Vestager subrayan los esfuerzos de la Comisión Europea para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 55% para 2030, tanto para impulsar una recuperación económica de la pandemia COVID-19 como para cumplir con los objetivos del acuerdo climático de París y del Pacto Verde Europeo.
Ella dijo que un ejemplo que podría calificar para un bono verde podrían ser los proyectos de construcción financiados por el estado que usan materiales reciclados.
“Podríamos pensar en dar una especie de ‘bonificación verde’, que permite a los gobiernos utilizar más ayudas estatales para proyectos que hagan una contribución genuina a nuestros objetivos ecológicos”, dijo en un evento organizado por el grupo liberal del Parlamento Europeo Renew Europe.
“También podríamos ver cómo aprovechar el éxito de las licitaciones competitivas para mantener bajos los costos de la energía renovable, al ver si podemos extender ese enfoque a otras áreas”, agregó.
Por el contrario, “podríamos negarnos a aprobar ayudas que dañen el medio ambiente o que mantendrían en funcionamiento fábricas contaminantes o plantas de energía”, dijo Vestager en un comunicado .
La Comisión Europea también planea iniciar una consulta en las próximas semanas sobre cómo funcionan juntas las reglas de competencia y las políticas de sostenibilidad, que culminará con una conferencia a principios del próximo año.
«Ha llegado el momento de iniciar un debate europeo sobre cómo la política de competencia de la UE puede apoyar mejor el Pacto Verde», dijo Vestager, y agregó que la política de competencia «no va a reemplazar las leyes ambientales o la inversión verde».
(Texto: EURACTIV.com con Reuters)
Completamente de acuerdo con Francisco Javier.
Además, cfreo que el segundo bono verde sería el acogimiento de todas las iniciativas que permitan y no dificulten la renovación generacional, pues sin ella el resto sobra.
El primer bono verde es reconocer a la agricultura como sumidero de CO2.
Pagarle todo lo que los gobiernos se ahorran en comprar derechos de emisión.
Aumentar esos pagos a quienes practiquen siembra directa, a quien produzca con menos recursos.
Otro punto interesante sería instalar las estaciones de bombeo para riego con energía solar – eólica subvencionados al 100% ya que el sector no se puede permitir invertir dedido a los precios de ruina que nos está n llevando con sus tratados comerciales.
De todas formas a la agricultura se le exige mucho pero cuando vas a las oficinas en verano están a 19º y en invierno a 25º, las ciudades llenas de Suv ó todo caminos que consumen hasta un 25% más que un coche convencional y aquí no pasa nada, a apretar a los de siempre.
Si algo nos ha enseñado la pandemia es que la actividad agrícola ha seguido igual, el resto no y la atmósfera se ha limpiado, el planeta ha respirado.
Si fuese a la inversa sería igual?