El programa de vigilancia de las poblaciones de topillo campesino llevado a cabo por la Consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León ha detectado un incremento demográfico primaverale asociado al entorno de Tierra de Campos, sin descartar que pueda producirse su réplica a otras comarcas. Por ello la Consejería de Agricultura lo ha puesto en conocimiento de los agricultores y otros responsables de superficies con cubierta vegetal en territorio agrícola y ha emitido una serie de recomendaciones para afrontar la situación.

Se confirma, por tanto, como ya venía denunciando COAG, el preocupante aumento de la población de topillo en determinadas zonas de la Comunidad Autónoma, y muy especialmente haciendo referencia a la comarca de Tierra Campos en Palencia, que ya en ocasiones anteriores se constituyó en principal foco de dispersión de la plaga con un incremento demográfico significativo.

COAG insta a poner en marcha toda la “maquinaria” que se precise y sin escatimar ningún tipo de medida

Cabe recordar que un desmesurado aumento de la población, cuando no surten efecto las medidas de prevención y control de la misma, puede acarrear no sólo considerables pérdidas en las producciones agrícolas sino que también puede conllevar riesgos sanitarios tanto directos como indirectos, como la contaminación de las aguas superficiales o la propagación de enfermedades como la tularemia como ya sucediera durante la plaga de 2007.

Desde COAG-Castilla y León consideran que esta problemática debería ser uno de los puntos a abordar en la próxima reunión que la Consejería de Agricultura ha anunciado para analizar la situación de la cosecha de la presente campaña cerealista 2018/2019. Debe ponerse en marcha toda la “maquinaria” que se precise y sin escatimar ningún tipo de medida de cuantas sean necesarias para evitar la dispersión de la plaga.

Desde COAG-Castilla y León recordamos resumidamente las principales normas de manejo:

  • Tras la cosecha: retirada de pacas, balas, cordones de cosecha y forraje que puedan suponer alimento y elementos de protección frente a rapaces, remociones del terreno cuando las condiciones lo permitan y adecuada programación de las siguientes labores de siembras y cultivos.
  • Reservorios, forrajes, alfalfas y similares: incrementar la periodicidad de los cortes, retirar pronto el forraje, remover el terreno perimetralmente para evitar migraciones de los roedores e incluso levantar la parcela si es necesario.
  • Manejo del riego: anegar las parcelas si es factible, aumentar las frecuencias de riegos y retirar los tubos no utilizados de las parcelas.
  • Control biológico: aumentar el pastoreo, fomentar la presencia de depredadores del topillo (cigüeñas, rapaces, etc.).

Por otro lado, y considerando que algunas de las recomendaciones que la propia Administración viene realizando ante un incremento de topillos, por ejemplo determinadas prácticas de laboreo y eliminación de rastrojos, pueden entrar en conflicto con la normativa de condicionalidad de la actual PAC y los aprovechamientos de pastos, a la mayor brevedad debería concretar la compatibilidad o no de dichas recomendaciones con la normativa mencionada.

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