EFE.- El presidente francés, Nicolas Sarkozy, urgió hoy a la regulación de los mercados de materias primas agrícolas para evitar una especulación y una volatilidad de precios que se ha hecho "insoportable" y apostó por aplicar las reglas de transparencia que se están poniendo en marcha con el petróleo.

"Tenemos que regular los mercados financieros derivados de las materias primas agrícolas" sin esperar a que "los expertos se pongan de acuerdo para actuar, porque de todas formas los expertos no se pondrán de acuerdo", afirmó Sarkozy en una conferencia organizada por sindicatos del sector en preparación de la reunión ministerial del G20 de Agricultura la semana próxima en París.

Añadió que su voluntad es que lo acordado en el G20 "para mejorar el funcionamiento de los mercados de derivados, y en particular de los petroleros, se pueda extender a los mercados de derivados agrícolas" porque las negociaciones de contratos de derivados de productos alimentarios "han aumentado de forma inédita en los últimos años".

Para ilustrar el carácter especulativo, señaló que en el mercado de Chicago se negocia al año 46 veces la producción estadounidense de trigo y 24 la de maíz, y un 85 % de las órdenes las dan actores "puramente financieros" que no tienen "ninguna relación" con los intercambios físicos de mercancías.

"Un mercado sin reglas no es un mercado" y "ese capitalismo no tiene nada que ver con nuestros valores" porque lo que "queremos es un capitalismo de producción, no únicamente financiero", afirmó antes de anunciar que de cara a la cumbre del G20 de noviembre en Cannes, la presidencia francesa está trabajando en esa dirección.

En concreto, anunció, París prepara "un plan de acción para reducir la volatilidad de los precios agrícolas y sentar las bases de una agricultura productiva y sostenible, capaz de alimentar en 2050 toda la población mundial", que se discutirá la semana próxima en la reunión ministerial del G20.

Sarkozy abogó por "una gobernanza mundial modernizada" en los mercados agrícolas, que "son los menos transparentes de todos, están sometidos a una volatilidad extrema" porque no se dispone de datos fiables sobre la producción global, la demanda o las reservas.

"Es hora de que se imponga el imperativo de transparencia", entre otras cosas con "un nuevo sistema de información de los mercados" como se hizo con el petróleo hace diez años, subrayó.

Otra de los ejes del cambio que propone para el mundo agrícola es una apuesta firme por la inversión pública y privada con el objetivo de "producir más para alimentar a la humanidad y producir mejor para garantizar una producción sostenible".

Para conseguirlo, previno, no bastará la ayuda pública al desarrollo dedicada a la agricultura, que en los últimos 20 años ha pasado de representar un 15 % del total al 5 %.

El jefe del Estado francés puso el acento en que "la agricultura no es una actividad como las demás", sino "una condición para nuestra supervivencia en el planeta", y por tanto resulta "urgente" que pase a ser una prioridad política.

A su juicio, los grandes retos que afronta la agricultura son en primer lugar aumentar la producción en un 70 % de aquí a 2050 para hacer frente al crecimiento demográfico mundial, pero también habló de "un desafío medioambiental" y un "desafío del desarrollo".

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