EFE.- A pesar de que la región más afectada de Brasil es Sao Paulo, el vecino estado de Minas Gerais (sudeste) también viene sufriendo los efectos de la prolongada sequía de este año.
El llamado Sistema Cantareira, que abastece gran parte de Sao Paulo, ha sido uno de los más afectados por la ausencia de precipitaciones y las autoridades han tenido que intensificar sus esfuerzos para promover lluvias artificiales sobre él.
La Compañía de Saneamiento Básico del Estado de Sao Paulo (Sabesp) informó que renovó un contrato con la empresa Modclima para que acelere la generación de lluvias sobre las cinco represas del sistema conocido como Alto Tietê mediante la diseminación de gotas de agua en la base de las nubes.
Modclima no quiso pronunciarse al respecto debido a un contrato de confidencialidad.
«Hay una monitorización constante y diaria y acompañamiento por radares para identificar potenciales nubes con capacidad de provocar lluvias exactamente en las áreas de las represas. El bombardeo de nubes es una iniciativa surgida en 1930 en los Estados Unidos y difundida en el mundo con resultados comprobados», dijo la Sabesp a Efe.
De acuerdo con las mismas fuentes, el «bombardeo» ha permitido una caída de aproximadamente 11.500 millones de litros de agua en las represas, equivalentes al 1,2 % de la capacidad total de reserva, lo que no supuso un impacto decisivo pero sí sirvió para que el volumen de agua en la Cantareira no siguiese cayendo drásticamente.
Para hacer frente a la peor crisis en los últimos 84 años, el Gobierno regional de Sao Paulo adoptó otras medidas como la creación de un descuento del 30 % en la cuenta del agua para los clientes abastecidos por la Cantareira que reduzcan su consumo un 20 %.
La sequía prolongada ha provocado un aumento de precios en la agricultura y ha obligado también a las autoridades a activar centrales termoeléctricas, alimentadas principalmente con gas natural, para evitar que, con la caída de la energía generada en las hidroeléctricas, se repita el apagón eléctrico de los años 2001 y 2002.
La Sabesp garantizó el abastecimiento de agua en la región más industrializada del país hasta marzo de 2015.
Según una encuesta publicada por la Federación de Industrias de Sao Paulo, la mayor de Brasil, el 64,9 % de 413 industrias regionales consultadas cree que un eventual racionamiento de agua tendría impacto sobre su facturación.
De este porcentaje, el 17,9 % consideró que el impacto sería «fuerte» y el 47 % «pequeño».