Donaciano Dujo / Presidente de ASAJA-Castilla y León
La permanencia de Luis Planas al frente del ministerio de Agricultura significa lisa y llanamente más de lo mismo. Eso, tal como pinta el panorama político y económico, puede ser medio bueno o medio malo, es difícil calibrarlo. Planas es un político curtido, que no suelta ni una palabra de más. Lo mejor de su experiencia es que no hay que explicarle en qué se diferencia el trigo de la cebada. Pero esa larga trayectoria le resta ilusión para defender de verdad el campo español. Habrá que ver qué hace en esta nueva etapa para corregir una política agraria comunitaria que está poniendo las cosas muy difíciles a los profesionales del sector.
Adaptar la PAC a la realidad del modelo agroganadero y productivo de Castilla y León, desarrollar la Ley de Cadena Alimentaria para que lo nuestro tenga un precio rentable, mediar para frenar los abusos de los gigantes que nos suministran los medios de producción y también de la distribución, y fortalecer un sistema de seguros agrarios esencial y que está pidiendo a gritos más financiación serán tareas principales para Planas. Si, además, consigue que su departamento ejerza un papel coordinador en el galimatías de autonomías, escuchando y proponiendo un camino común para temas como la sanidad animal, la modernización de explotaciones y el necesario rejuvenecimiento del sector, ya sería para nota su labor.
Aunque sea el ministerio de Atocha el que lleve el nombre de “Agricultura”, nos preocupan tanto o más los aires que soplen desde el ministerio de Transición Ecológica, con Teresa Ribera, convertida en ‘gurú’ de la transformación ‘verde’ europea, a costa de hundir por completo sectores estratégicos como el agrario y ganadero. En los últimos tiempos observamos que es en Bruselas, en lugar de en nuestro propio país, en donde se está poniendo ‘pie en pared’ para frenar el desmantelamiento productivo que alegremente propone Ribera, con el respaldo del presidente del Gobierno. Así está ocurriendo con la sobreprotección del lobo o de la prohibición de fitosanitarios imprescindibles para la producción de alimentos, temas en los que nuestro campo ha encontrado más aliados en Europa que en Madrid. ¡Lo nunca visto! Muy, muy difícil tenemos que esta ministra escuche nuestras demandas de mejorar y ampliar superficie de regadío en nuestra Comunidad Autónoma, cuando las competencias de la CHD están en sus manos.
Tampoco sabemos, vistos los precedentes, qué podemos esperar de otros ministerios, en los que los tintes ideológicos, muy centrados en lo urbano, con frecuencia colisionan con la realidad del sector agroganadero y del medio rural. Por no hablar de otras carteras, como Economía, Trabajo y Seguridad Social, todas ellas extremadamente importantes y cuyos titulares deberían tener una sensibilidad especial con los agricultores y ganaderos, esenciales para el tejido productivo de nuestro país.
Respecto al caos nacional, baste decir que, cuando los de ASAJA Castilla y León salimos a la calle, nos acompaña siempre la bandera de España, porque la sentimos como propia. Nunca hemos pretendido ser más que nadie, pero desde luego tampoco menos, que le quede claro a Pedro Sánchez. En ASAJA seguimos donde siempre: en la defensa a ultranza de los intereses de nuestros socios, los agricultores y ganaderos, autónomos y empresarios que cada día se juegan dinero y trabajo en un sector muy difícil. Seguiremos peleando, en todas las circunstancias, negociando donde nos dejen, y protestando siempre que sea necesario.