EFE.- Su propuesta está incluida en una enmienda al proyecto de ley sobre biodiversidad adoptada ayer por la comisión de desarrollo sostenible de la Asamblea Nacional, pero que está pendiente de aprobación definitiva, en una fecha todavía por definir.
El Ministerio busca impedir que las tiendas pongan a disposición de los clientes, tanto de forma gratuita como pagando, bolsas de plástico de un solo uso, salvo que estas sean aptas posteriormente para hacer compost o abono orgánico.
Esta prohibición pretende reducir la contaminación que producen estas bolsas, especialmente en el mar, donde «destruyen a las especies frágiles», añadió Royal.
La ministra precisó que la medida «fomentará la creación de empleo en el sector verde» y que su puesta en marcha no excluye que los comerciantes puedan seguir distribuyendo o vendiendo bolsas de plástico de cualquier tipo, a condición de que sean reutilizables.
El texto de la enmienda subraya que anualmente se distribuyen más de 5.000 millones de bolsas de plástico en las cajas de los supermercados y más de 12.000 millones de unidades en las secciones de frutería y verdulería.
Según sus datos, en las grandes superficies se redujo la cifra de bolsas se redujo de 10.500 millones a 700 millones entre 2002 y 2011 tras haberse sumado en esos años a un plan voluntario para reducir el uso de esos productos.
Para el gobierno francés, que recomienda el uso de carritos y cestos para transportar la compra, este tipo de iniciativas demuestran que es posible que el consumidor cambie de actitud.
La Federación de Empresas del Comercio y la Distribución y la Unión nacional de los minoristas de frutas y verduras estimó hoy que la prohibición prevista supondrá un coste de 300 millones de euros para los comerciantes y provocará una subida de los precios, especialmente de las frutas y las verduras.