Ha sido un año complejo desde el punto de vista vitícola, caracterizado por un comportamiento climatológico diferente al de los últimos años, con una pluviometría muy alta y temperaturas bajas en primavera, que han retrasado el ciclo y provocado una maduración desigual.

    Por fortuna, según señala el Consejo Regulador en una nota, ante el riesgo que representaba ese retraso madurativo de dos a tres semanas, el buen tiempo que predominó durante septiembre y octubre permitió realizar la vendimia de forma selectiva, eligiendo aquellas parcelas que iban alcanzando el punto de madurez adecuado y consiguiendo así optimizar la calidad del fruto cosechado.

    En este sentido, destaca que "más que nunca", dadas las exigencias que ha planteado la actual campaña, "los viticultores riojanos han demostrado su gran profesionalidad y buena preparación para afrontar situaciones tan complejas como la de esta última vendimia y saber obtener lo mejor de la misma, con alta satisfacción de los enólogo"s. La calificación de todos los vinos mediante el examen analítico y de cata que ha iniciado el consejo Regulador permitirá valorar de forma precisa la calidad de todas y cada una de las elaboraciones.

   La superficie total de viñedo productivo en la Denominación para esta cosecha 2013 ha sido de 61.835 hectáreas. De ese total, 58.021 hectáreas corresponden a variedades tintas, de las que se ha obtenido una producción de 342,4 millones de Kg., y 3.814 hectáreas a variedades blancas, cuya producción ha sido de 25,8 millones de Kg.

    La producción total finalmente amparada es de 362,69 millones de Kg., ya que 5,53 millones de Kg. han sido descalificados por excesos de rendimiento.

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