El presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, se ha mostrado convencido de que el riesgo del trasvase del Ebro está «absolutamente conjurado», aunque en el caso de que éste se reactivara por parte del Gobierno de España, algo que estima improbable, el de Aragón «no dejaría pasar ni una».
Lambán, como todos los portavoces de los grupos en las Cortes, se ha mostrado rotundo en su rechazo a cualquier tipo de transferencia de agua desde la cuenca del Ebro, en respuesta al líder de Podemos, Pablo Echenique, quien ha pedido la comparecencia del jefe del ejecutivo para que explicara los «perjuicios» que causaría a los intereses de Aragón la revitalización del trasvase que, a su juicio, pretende iniciar el Gobierno de España.
Lambán ve una cuestión «superada», porque en estos momentos «nadie» plantea un trasvase del Ebro
Para el presidente de Aragón, ésta es una cuestión «superada», porque en estos momentos «nadie» plantea un trasvase, «ni fracturando el Ebro ni de ninguna otra manera».
«En honor a la verdad -ha agregado- al Gobierno de España ni al PP se lo he oído en los cuatro años que ha tenido mayoría absoluta», y ahora que tiene minoría «menos», ha enfatizado.
Y por eso le ha pedido a Echenique que no utilice el trasvase de manera «electoralista, oportunista y con el ánimo exclusivo de obtener votos», y que no utilicen «como un timo» unas teorías hidráulicas que están «periclitadas».
Echenique le había recordado previamente que el gobierno que el PSOE «ha puesto» en Madrid es «trasvasista de pata negra», pero ahora ese ejecutivo se ha dado cuenta de que el «ataque frontal» no funciona y ha cambiado su estrategia, apostando por un «nuevo trasvasismo 2.0».
Éste, ha agregado el líder de la formación morada en Aragón, se basa en la privatización del agua, en «coger un bien común y convertirlo en mercancía y privilegio» para venderlo, en una forma «más moderna y sibilina» de hacer lo mismo.
Y se ha referido a la proposición no de ley que se aprobó el pasado 19 de octubre en el Congreso de los Diputados que insta al gobierno a promover un Pacto Nacional del Agua, propuesta realizada por PP y Ciudadanos y que contó con la abstención de PSOE y el rechazo de Podemos.
A su juicio, «dejar pasar» a Mariano Rajoy ha sido tanto como «dejar pasar el trasvasismo», y le ha asegurado a Lambán que «hay cosas en la vida ante las que uno no puede abstenerse».
Para el presidente aragonés, habrá una oposición al trasvase del Ebro «con clarísimas líneas rojas, que son las que marca el Estatuto»
Para Lambán, los postulados de la nueva cultura del agua están empezando a quedarse viejos.
Además, en referencia a la votación en el Congreso ha dicho que «de entrada» nadie se puede negar a hablar, y el PSOE no lo va a hacer, aunque el momento ni la manera de aprobar la proposición quizá no haya sido la adecuada, ha considerado.
Pero Aragón hablará «con clarísimas líneas rojas», que son las que marca el Estatuto de Autonomía y que se basan en impedir cualquier transferencia hídrica y en mantener la vigencia de la reserva hídrica de 6.550 hectómetros cúbicos para garantizar las necesidades presentes y futuras de los aragoneses.
La portavoz del PP, Mar Vaquero, ha reprochado a Echenique su desconocimiento de las leyes autonómicas, nacionales y europeas que imposibilitarían un trasvase, que ha calificado en estos momentos de «fantasía», «fantasma» y «asunto olvidado».
Ha estimado que esta petición de comparecencia es una muestra más de Podemos de decirle a Lambán que no se fían de él, y les ha instado a hablar de lo que interesa realmente a Aragón, abandonando el «parque temático del despiste» en el que están sumidos.
Para Javier Sada (PSOE) lo urgente ahora es dejar de lado el tema del trasvase y abrir el debate de «cómo utilizar el agua» a la que Aragón tiene derecho, mientras que Susana Gaspar (Ciudadanos) ha insistido en la «absoluta demagogia» de los argumentos de Echenique.
Por el PAR, Arturo Aliaga ha puesto el acento en la necesidad de que los aragoneses defiendan sus intereses, porque en la comunidad «no sobra agua, sino que faltan inversiones».
Lambán ha reconocido que la política hidráulica del PSOE y la de su socio de gobierno, CHA, difieren, pero que es algo que ambos llevan «con respeto y naturalidad».
Precisamente el portavoz de CHA, Gregorio Briz, ha insistido en la necesidad de adoptar una política hidráulica respetuosa con la unidad de cuenca, con el uso racional del agua y respetuosa con el medio ambiente, que apueste por las obras hidráulicas sostenibles desde todos los puntos de vista.