La vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha negado que exista una «guerra del agua» con los regantes afectados por el trasvase Tajo-Segura y ha dicho que la idea del Gobierno es invertir en «recursos de proximidad», como desaladoras, en lugar de en trasvases.Por su parte, los propios regantes han dejado claro que estarán «enfrente» si el nuevo plan hidrológico del Tajo aumenta los caudales ecológicos a costa de una menor cantidad trasvasada al sureste

Ribera ha hecho estas declaraciones en un programa de televisión de Antena 3 horas después de haberse entrevistado con representantes del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura, en la sede ministerial.

Se ha tratado de una reunión «estupenda», ha añadido la ministra, para asegurar que, pese alguna diferencia, hay «un consenso alto en torno a las grandes cuestiones importantes», además de un gran compromiso para acelerar la inversión y dar tranquilidad y seguridad a los regantes con un volumen de recursos razonables.

Para Ribera, hay que hacer una gestión «lo mas correcta posible» de la infraestructura del Tajo-Segura, porque, como consecuencia de un escenario futuro de cambio climático, nos podemos encontrar con episodios de grandes sequías o de inundaciones «para los que tenemos que estar preparados».

Es importante invertir en «recursos de proximidad, no en recursos de trasvase como algo fijo e inamovible», ha precisado Teresa Ribera y ha añadido que se está reforzando la desalación y la interconexión dentro de cada cuenca para que los regantes tengan así acceso a aguas reutilizadas y desaladas.

LOS REGANTES AVISAN A RIBERA DE QUE ESTARÁN «ENFRENTE» SI RECIBEN MENOS CAUDAL

Por su parte, el presidente del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (Scrats), Lucas Jiménez, ha avisado este jueves 3 a la ministra que estarán «enfrente» si el nuevo plan hidrológico del Tajo aumenta los caudales ecológicos a costa de una menor cantidad trasvasada al sureste.

En declaraciones a Efeagro tras el encuentro, que ha durado dos horas y media y ha calificado como «denso», Jiménez ha recalcado que detraer agua del Tajo para el Levante supondrá una confrontación con los regantes del acueducto, por lo que ha emplazado a Ribera a que los técnicos de su departamento «revisen sus criterios».

Jiménez, que también ha acudido como portavoz del Círculo del Agua del Levante, ha presentado a Ribera el estudio técnico realizado por Fernando Mariño y Luis Garrote por encargo del Scrats, que defiende un menor incremento de los caudales ecológicos del Tajo que el incluido en el Esquema de Temas Importantes (ETI) del nuevo plan hidrológico del Tajo, que se encuentra en fase de elaboración.

La planificación actual contempla un caudal mínimo del río Tajo de 6 m3/s en Aranjuez y de 10 m3/s en Toledo y Talavera de la Reina, una cantidad que, según el Esquema de Temas Importantes del nuevo ciclo, pasaría a 8,52, 17 y 17,8 m3/s, respectivamente.

Este incremento, ha advertido Jiménez, supondría una rebaja anual en los caudales trasvasados de 80 hm3, una cantidad que no puede sustituirse por los recursos propios de la cuenca del Segura.

Además, el presidente del Scrats también ha mostrado su rechazo a la modificación de las reglas de explotación del acueducto, para bajar el volumen máximo trasvasable en nivel 2 de 38 a 23 hm3.

En este sentido, ha apuntado que llevar a cabo este cambio antes de aprobarse el nuevo ciclo hidrológico del Tajo (2022-2027) acarrearía una modificación posterior de las reglas de explotación para adaptarlas a la realidad que provocaría el aumento de los caudales ecológicos.

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