Con motivo de la festividad de San Antón, santo protector de los animales y patrono de los ganaderos, ASAJA quiere poner de manifiesto la importancia de la ganadería por la generación de riqueza, por el empleo que representa, por los efectos favorables para el medio ambiente, por ser un complemento a la agricultura, y por su papel en la ocupación y desarrollo del territorio rural.

En Castilla y León el sector ganadero aporta el 45,6% de la producción final agraria (datos de 2021), con una facturación anual de 3.102 millones de euros, y da sentido a la principal actividad agrícola, basada en cultivos extensivos como los cereales de invierno, el maíz y los forrajes. Por importancia económica en facturación, destaca el porcino con el 35,40%; el sector lácteo en las tres especies (ovino, caprino y vacuno) con el 19,7%; el vacuno de carne con el 19,6%; la avicultura de carne y puesta con el 13,5%; el ovino y caprino de carne con el 5,9%, y otras producciones el 5,9%.

Asimismo, el principal residuo de la ganadería, que es el estiércol y purín, se ha convertido en producto apreciado en la agricultura por la escasez y alto precio de los fertilizantes minerales, pasando a ser un elemento de especial relevancia en la economía circular agropecuaria.

Por ello, ASAJA quiere poner también en valor en la festividad de San Antón que el sector ganadero es una actividad económica vertebradora del territorio, ya que, si bien la ganadería intensiva se ubica en zonas pobladas y bien comunicadas, la extensiva ocupa las áreas más periféricas y por lo general desfavorecidas y deshabitadas.

Con motivo de la celebración mañana 17 de enero de San Antón, ASAJA quiere destacar los escasos avances que se producen para conseguir unos precios justos por las producciones ganaderas, y que estos precios remuneren los mayores costes que están asumiendo los ganaderos. La crisis de precios ha llevado a reducciones en los censos, más significativos en el ovino y vacuno de leche, y consecuencia de ello a un riesgo de desabastecimiento de los mercados que tardíamente ha conllevado una subida de cotizaciones.

Las crisis económicas, que han ido desde el Covid a la guerra en Ucrania, han supuesto una caída de rentas en el sector ganadero, a las que la administración del Estado, en mayor medida, y la de la Junta, en menor medida, han respondido con ayudas específicas que ASAJA ha valorado positivamente pero que ha calificado como de insuficientes.

Por último, el sector ganadero, como le ocurre a todo el sector agrario en general, ve con preocupación la aplicación de la nueva PAC, que ha entrado en vigor con el inicio del año, ya que recorta los fondos, es más exigente en medidas medioambientales, y está cargada de burocracia.

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