Carta abierta de Felipe Ruano / Presidente de la Asociación Española de la Industria de Panadería, Bollería y Pastelería (ASEMAC)

La actual situación que vive el sector de la alimentación en España, inmersa en una preocupante tendencia inflacionista al alza, no es el escenario más estimulante para que un representante de la industria salga a la palestra pública. Sin embargo, la conmemoración del Día Mundial del Pan es motivo más que suficiente como para aprovechar la onomástica recordando el importante papel que juega este alimento en nuestra alimentación y nuestra salud.

Junto con otros alimentos que proceden de los cereales, el pan constituye uno de los pilares de la Dieta Mediterránea. Indispensable para tener una dieta rica en carbohidratos, el pan nos da la energía necesaria para nuestras actividades diarias, aportándonos fibra, minerales y vitaminas, caracterizándose a su vez por un bajo contenido en grasa y en grasa saturada. Y es que en estos días en los que vemos cómo el consumo de pan en el hogar desciende hasta el entorno de los 30 kilos por persona y año, no está de más recordar que los especialistas aconsejan tomar entre cuatro y seis raciones al día de los alimentos incluidos en el grupo de cereales y derivados, entre ellos el pan.

En ese sentido, es importante recordar el compromiso de la industria española de la panadería con la elaboración y formulación de panes con perfiles nutricionales cada vez más saludables, respondiendo en todo momento a la demanda de los consumidores. Recientemente recordamos además cómo nuestras empresas habían venido anticipándose al nuevo límite de sal en el pan común promovido por la Norma de Calidad del Pan y que entró en pleno vigor el pasado 1 de abril. Sobre este particular, es bueno recordar que nuestro sector panadero llevaba años abordando de manera voluntaria la reducción de los contenidos de sal en sus productos, convencidos de la necesidad de hacerlos más saludables para los consumidores.

Sirvan también estas líneas para poner en valor el papel que juega la industria de la panadería en España, cuya aportación es esencial para que, cada año, puedan llegar a consumirse un millón y medio de toneladas de pan en los hogares españoles. Los fuertes incrementos de los costes energéticos y de las materias primas han hecho que nuestras empresas apuesten, cada vez más, por herramientas que abunden en una mayor productividad, con el fin de tratar de repercutir esta situación afecte lo menos posible al consumidor final. A ello se suman distintos avances en materia de sostenibilidad e innovación, a través del lanzamiento de nuevas referencias, un aumento en el consumo de energías renovables o la apuesta por el suministro de materias primas de proximidad.

Por otro lado, hemos mantenido intacta nuestra apuesta por la promoción del pan y los hábitos de consumo saludable mediante la campaña “Buenos días con pan de Europa” a través de Organización Interprofesional de Cereales Panificables y Derivados (Incerhpan) a la que pertenecemos. Apostamos por el trabajo conjunto de toda la cadena de valor del pan, como una de las vías para tratar de revertir el descenso en el consumo de este producto emblemático que debe recuperar la importancia que siempre ha tenido en nuestra sociedad.

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