En el caso de la carne de caballo, “no había nada inseguro, pero no se había etiquetado bien y alguien incumplió la ley; vemos que por un solo delincuente se tambalea la confianza en toda una industria”, señala. “Esto ocurre porque la comida es un producto muy sensible, lleva años ganar un buena reputación y luego cae por un incidente”.
Las empresas alimentarias resisten a la crisis
Por otro lado y respecto a la crisis económica, Frewen, irlandesa, asegura que las empresas que representa han aguantado mejor y se han visto menos afectadas que otras industrias: “El agroalimentario es un sector muy resistente”.
La industria de alimentación y bebidas es la primera de la Unión Europea (UE), factura 1.048 millones de euros al año, agrupa a 286.000 empresas y genera 4,2 millones de empleos, según FoodDrinkEurope.
Otro reto normativo para Frewen es afrontar el problema del sobrepeso y del incremento de la obesidad. Sin embargo, reconoce que en reglamentos como el de la información en las etiquetas los gobiernos, a veces, tienen un margen tan amplio para endurecerlos que su cumplimiento es difícil.
En este sentido, cita el ejemplo de los semáforos adjuntados en el Reino Unido para clasificar, según el color, su contenido nutricional de un alimento según los ingredientes.
A veces, apunta, en la legislación comunitaria se llega a extremos como el que reflejaba un reciente borrador sobre normativa de envases, según el cual “un consumidor tira el papel de un caramelo al suelo y la empresa fabricante es responsable”.
Respaldo al acuerdo con EEUU, a pesar del temor del vacuno y agricultura
Por otra parte, la patronal europea impulsa proyectos, de acuerdo con las organizaciones de sindicatos, para potenciar el empleo entre los jóvenes y “mantener” los trabajadores de edad más avanzada.
Negociaciones UE y EEUU
La directora de la patronal europea se ha referido también a las negociaciones en curso entre la UE y EEUU del Tratado Transatlántico de Inversión y Comercio (TTIP) y expresa su confianza en que reduzca las trabas burocráticas que obstaculizan los intercambios.
Frewen discrepa de la opinión de quienes creen que estas negociaciones ponen el peligro el modelo europeo de agricultura, aunque comprende la preocupación de sectores como el vacuno.
“Nosotros (las industrias) compramos el 70 % de lo que producen las explotaciones europeas, esperamos que el acuerdo (con EEUU) sea bueno para la creación de empleos y para el sector”, indica.