EFE.- Según datos del Instituto de Conservación de Ballenas, el año pasado se produjo un récord de 113 muertes de crías de esta especie de ballena en la península de Valdés, en la sureña provincia argentina de Chubut, lo que supone la pérdida de un tercio de los ballenatos nacidos en 2012.
De todos modos, el Instituto de Conservación de Ballenas, a través del Programa de Monitoreo Sanitario de la ballena franca Austral, constató que la población de esta especie mantiene una tendencia creciente en la última década, a un ritmo de entre el cinco y el siete por ciento anual.
Según los investigadores que trabajan en esta zona, hay unos 4.000 ejemplares de ballena franca austral en la región del Atlántico sur y aproximadamente un tercio de ellas se reúne en las costas argentinas.
Aumento mortalidad crías
Los científicos no han encontrado aún una causa que explique el aumento el pasado año de la mortalidad de las crías, pero se han descartado posibles enfermedades y agentes tóxicos.
Los expertos tiene en la mira, por ejemplo, a las gaviotas cocineras, que se alimentan de la piel y la grasa de las ballenas, en unos ataques que causan lesiones graves, especialmente a las crías.
Según el director científico del Instituto de Conservación de Ballenas, Mariano Sironi, "dentro de una década veremos una reducción significativa en el número de ballenatos nacidos" ya que estos animales tienen su primeras crías en un promedio de nueve años y las hembras que han muerto ahora no tendrán descendencia.
Pero no todos los expertos ven con escepticismo el futuro.
Guillermo Cainne
El oceanógrafo Guillermo Cainne, coordinador técnico de la fundación Patagonia Natural, dijo a Efe que no necesariamente se reducirá en los próximos años la población total de esta especie, que continúa recuperándose de forma sostenida de la caza masiva que sufrió durante el siglo XIX.
Cainne aseguró que durante los últimos años se ha observado que la ballena franca permanece cada vez más tiempo en las costas argentinas, donde cada vez viene en mayor número.
Dadas estas condiciones, Cainne apunta que el dato de los fallecimientos "no es nefasto", si bien se trabaja para reducir la tasa de mortandad todo lo posible.
También Silvana Montanelli, directora de Fauna y Flora Silvestre de la provincia de Chubut, destacó a Efe que los estudios indican que "la población continúa creciendo" a pesar del aumento de la mortandad de los ballenatos, cuyas causas "son desconocidas" pero ya se están investigando en colaboración con otras instituciones.
Con ese fin, la Dirección de Fauna y Flora provincial ha puesto en marcha medidas como la creación de un equipo oficial de necropsias.
Montanelli no descartó que las causas de los decesos puedan encontrarse fuera de los límites de las aguas de Chubut o deberse simplemente a una mayor vigilancia ya que las ballenas nunca han estado tan controladas.
En declaraciones a la agencia oficial de noticias Telam, el jefe del Laboratorio de Mamíferos del Centro Nacional Patagónico, Enrique Crespo, afirmó que es probable incluso que, por el aumento de la población de ballenas, "exista un principio de autrorregulación porque hay menos espacio".
Crespo negó que "exista una mayor tasa de mortalidad en crías, que es la franja etárea más sensible en ésta como en cualquier otra especie".
Programa de Monitoreo Sanitario de Ballena Franca Austral,
Desde 2003, cuando el Instituto de Conservación de Ballenas y otras organizaciones pusieron en marcha el Programa de Monitoreo Sanitario de Ballena Franca Austral, se contabilizaron 605 ballenas muertas en las costas argentinas, 538 de las cuales eran ballenatos recién nacidos.
El Programa de Monitoreo Sanitario mantiene identificados unos 2.850 ejemplares de ballena franca austral para evaluar las condiciones de salud de la especie y las causas de mortalidad que la afectan, mediante la colecta de muestras biomédicas.
Las ballenas permanecen en la península de Valdés de junio a diciembre, por lo que estas aguas son de forma natural una de las áreas de cría y reproducción más importantes del mundo para la especie.
La observación de estos animales en su hábitat constituye uno de los principales atractivos turísticos de Chubut.