Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos, tras mantener una serie de reuniones con el Ministerio de Agricultura para analizar las líneas del plan que articulará los 307 millones de euros destinados al sector agrario en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, reclama que éstas tengan como objetivo fundamental apoyar a los agricultores y ganaderos profesionales que dispongan de pequeñas y medianas explotaciones profesionales.
Unión de Uniones insiste en la importancia de asegurar el destino de los fondos a quienes realmente les hace falta y poner coto a los macro-proyectos y a la posibilidad de que grandes empresas o corporaciones puedan acceder a ellos sin necesitarlo.
La organización explica que este programa de ayudas, gestionado por el MAPA y conocido como el Plan de impulso para la sostenibilidad de la agricultura y la ganadería, prevé subvencionar inversiones en los próximos tres años en el ámbito de la gestión de productos ganaderos (83 millones de euros), modernización de invernaderos (120 millones), energías renovables (68 millones) y agricultura de precisión y tecnologías 4.0 (36 millones).
En estos momentos el MAPA está definiendo las posibles inversiones que se prevén subvencionar, las cuales debe presentar a la Comisión antes de finales de abril para su validación final. En este sentido, está valorando, entre otras cuestiones, conceder ayudas para inversiones colectivas y grandes proyectos con el fin de maximizar el impacto de los fondos.
LAS AYUDAS DEBEN IR ORIENTADAS A AGRICULTORES Y GANADEROS A TÍTULO PRINCIPAL
Respecto a esto, Unión de Uniones se muestra tajante y muestra su rechazo ya que considera que «se corre el riesgo de que el dinero acabe en manos de unos pocos y no yendo a explotaciones profesionales que los necesitan para su continuidad».
La organización, que no descarta que se beneficien de estos fondos algunas cooperativas o SAT, considera que debe haber un equilibrio y que se deben financiar también proyectos que favorezcan a las pequeñas y medianas explotaciones profesioales. De esta manera, se podría lograr un efecto palanca de los fondos a nivel local, socioeconómico y medioambiental mucho más importante que si se concentran las ayudas en unos pocos beneficiarios.
La organización propone para ello que las ayudas se orienten a los agricultores a título principal, se establezcan topes máximos para los proyectos subvencionados y se definan criterios de priorización que favorezcan a las explotaciones que dispongan de sistemas tradicionales de producción y/o que estén situadas en zonas desfavorecidas o en riesgo de abandono para favorecer el impacto redistributivo de los fondos de recuperación.
«El sector ya ha demostrado con creces que es esencial durante la pandemia y debería poder aprovechar esta oportunidad para afrontar la transición ecológica y energética y cumplir así los objetivos marcados a nivel europeo para 2030», concluyen desde la organización.