Según señala en una nota de prensa, los gastos derivados de la implantación de dichas vacunas serán asumidos por el ganadero, aunque la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente se ha comprometido a financiar una parte de estos costes, "siempre y cuando cuente con fondos remanentes de las cantidades que la Junta de Andalucía destina a sanidad animal y esta se realice a través de los programas sanitarios de las ADSG"
Málaga y el efecto pantalla
Recientemente, el sector se reunió con responsables de la Consejería y recordó la especial situación de la ganadería andaluza. Su cercanía al continente africano, donde la lengua azul y otras enfermedades presentan un carácter enzoótico (con enfermedades ya asentadas), junto un clima templado que hace que el periodo de actividad de los mosquitos que actúan como trasmisores de los virus se prolongue durante gran parte del año, hace que nuestra cabaña se vea recurrentemente asaltada por oleadas epidemiológicas procedentes del norte de África.
En estas ocasiones, las medidas de control establecidas en este territorio" hacen el efecto de pantalla, evitando que estas enfermedades se extiendan al resto de Europa". La situación antes descrita afecta, según ASAJA, "muy negativamente a la economía de la ganadería andaluza (pérdidas derivadas de la propia enfermedad, campañas de prevención control y erradicación de las enfermedades, incremento de los costes de manejo, cargas burocráticas…), sin que este esfuerzo, que en definitiva redunda en beneficio del resto de los territorios, sea reconocido y recompensado por la Unión Europea".
Por tanto, ASAJA Málaga insta a las administraciones central y andaluza a que defiendan esta realidad ante las autoridades europeas y "consigan el reconocimiento de un estatus específico que redunde en el apoyo económico necesario para garantizar la viabilidad de nuestras explotaciones".