Según señala en un comunicado la organizción agraria, en la campaña actual, y en particular la pasada semana y esta, "se han producido condiciones agronómicas idóneas para el arranque de remolacha, como quizás jamás se habían visto, por lo que el descuento, lejos de haber aumentado, debería de haber experimentado una reducción sustancial respecto al año anterior, de al menos un punto".
Tomando como referencia el pueblo de Zotes del Páramo, el pasado mes de noviembre cayeron únicamente 8 litros de lluvia por metro cuadrado, y el mismo mes del año anterior cayeron 40,6 litros, "por lo que no se entiende que con climatología adversa para el arranque de remolacha el pasado año el descuento fuera del 12,63%, y con condiciones climatológicas idónea de este año, el descuento, lejos de bajar al menos un punto, haya subido casi uno al situarse en el ya citado 13,47%. El diferencial entre lo que es y lo que debería de ser son dos puntos", señala la nota.
Se da la circunstancia de que, contrario a la opinión y la postura defendida por ASAJA de León, este año se ha cambiado el sistema de descuento de la corona de remolacha, uno de los factores que intervienen en el descuento total que se aplica en el laboratorio, entendiendo la organización agraria que "el nuevo sistema deja mucho margen a Azucarera para manejar los resultados a su favor. Y si bien en los primeros días y hasta semanas los resultados podían parecer razonables, incluso con el nuevo sistema, todo pareció cambiar a partir de la reunión del Acuerdo Marco Interprofesional (martes 3 de diciembre) en la que se negociaba el precio para la próxima campaña".
En opinión de ASAJA, la no firma del acuerdo por parte de las organizaciones agrarias se ha traducido en la aplicación de unos mayores descuentos en las entregas que están suponiendo una importante pérdida de ingresos de los cultivadores. Con los cálculos de ASAJA, cada punto porcentual de descuento que se aplique por encima de lo real supone pérdidas para los remolacheros de 42 euros por hectárea cultivada.