Dicen que la política crea extraños compañeros de cama, pero en ocasiones son tan extraños como que tu ‘pareja’ es la que te critica y actúa contra ti y tu supuesto ‘enemigo’ es el que te apoya, sobre todo en materia de impuestos, como ya está descubriendo Mariano Rajoy.

Y es que mientras que Extremadura, una CCAA socialista aunque su presidente Guillermo Fernández Vara fuera uno de los grandes defensores del pacto/acuerdo con el PP para la investidura de Rajoy, le saca la cara al Gobierno y no entra en la guerra por la última subida de impuestos que afecta al sector agroalimentario, en Castilla y León, CCAA popular cien por cien y uno de los últimos reductos fuertes del PP en el mundo autonómico, no sólo carga contra estos impuestos, sino que piden «consenso» para forzar su retirada.

Vamos, que a Vara no le importa que suba el impuesto al tabaco, porque no cree que afecte a los cultivos de su región, mientras que Juan Vicente Herrera clama al cielo porque la subida de las bebidas azucaradas van a tener un efecto muy negativo sobre el cultivo remolachero.

Quizás Rajoy se esté equivocando y deba centrar todos sus esfuerzos no en pactar con el PSOE sino con su propio partido.

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