El ganadero zamorano José Manuel Soto ha subrayado hoy, durante una rueda de prensa en Valladolid, la enorme preocupación de los ganaderos de esta Comunidad por el incremento de ataques de lobos, un animal cada vez más cercano a zonas urbanas.
La expansión de la especie desde la Sierra de la Culebra, al noroeste de Zamora, llega ya a las puertas "de la Sierra de Madrid", ha indicado.
Para contrarrestarla, Soto ha relatado que los ganaderos pasan noches en vela, vigilando el ganado en el campo, lanzan petardos y cohetes que ahuyenten al lobo o encienden hogueras, pese a arriesgarse a recibir una denuncia por estas prácticas.
Este ganadero ha calificado a la Sierra de la Culebra como "la fábrica de lobos", desde la que esta especie se expande al resto de Castilla y León, a comunidades limítrofes o al cercano Portugal.
"Menos mal que los lobos no votan", ha ironizado José Manuel Soto, que ha criticado el gasto de la Junta de Castilla y León para proteger esta especie.
La Junta, ha proseguido, solo destina 120.000 euros en algunas ayudas al ganadero y, sin embargo, paga 300.000 euros para censos de las especie: "tocan la flauta y salen todos en fila" para que les cuenten, pero "nosotros somos los que sabemos dónde están" los lobos.
Soto ha asegurado que "no pasa nada por abatir cien lobos", de los 2.000 que se calcula que hay en Castilla y León, aunque para algunos matar un lobo "sea un escándalo mundial".
En Castilla y León, el cupo de caza era de 130 lobos para esta temporada de 2010-2011, mientras que en la anterior solo se abatieron 42 de los 142 previstos, porque a juicio de Soto muchos de los permisos incluyen condiciones que hacen inviable la captura.
Asimismo, ha recalcado que "nadie pide el exterminio del lobo, sino su control".
Las organizaciones agrarias UPA y COAG han denunciado que en los últimos cuatro años 2.659 ataques de lobos han matado 8.053 cabezas de ganado en Castilla y León, con unas pérdidas que superan los 2,8 millones de euros.