No contribuye a rentabilizar esta actividad el hecho de que la gran distribución haga ofertas (2×1 o 3×1) de vírgenes extra, con precios de venta por debajo de los costes de producción, añade.

     Es decir, a su juicio, utilizan este producto como un "gancho" con el que pierden dinero, pero consiguen atraer visitantes a sus establecimientos, lo que es "muy triste" y "hace muchísimo daño".

Una asociación inclusiva abierta a todas las empresas, cooperativas y almazaras


      Según Serrano, "somos una asociación muy inclusiva", abierta a la adhesión de más empresas, cooperativas o almazaras marquistas, sean sus métodos ecológicos, convencionales o de producción integrada.

      Adhieren ya a 40 firmas, como las prestigiosas Oleoestepa, Olivar de Segura, Almazaras de la Subbética, Finca La Moncloa, Almazara de Muela, Hacienda Queiles, Castillo de Tabernas o Suerte Alta.

     "Comenzamos con 3 miembros, luego fueron 15, y ahora 40 empresas, con la misma apuesta por la calidad y el mismo problema: la falta de reconocimiento de nuestros productos en el mercado y por la gran distribución; frente a lo que no había una cabeza pensante, sino muchas cabezas dolientes", señala.

     Precisa que han cambiado sus estatutos para permitir la adhesión de firmas internacionales y, de momento, ya tienen socios de Túnez (Fendri), Turquía (Naturale), Portugal (Olivai Do Sul) y Uruguay (Agroland), comprometidos por la calidad y sometidos a elevados parámetros de autocontrol.

Confian a abrirse a más países para aunar esfuerzos y defensa del aceite virgen extra


     Por otra parte, mantienen conversaciones con productores italianos, franceses, israelíes, griegos, peruanos o chilenos para que se adhieran a la asociación a título individual si lo desean o para que creen "su propia QvExtra!" en cada uno de sus países, lo que podría ser el germen de una federación internacional.

     "Curiosamente no hay ningún socio californiano" dentro de la Asociación QvExtra, pese a que "hemos estado en conversaciones con ellos", según Serrano, quien critica que esos productores "llevan la bandera de que son mejores (que el aceite europeo), sólo porque son de California, un discurso un poco ‘sui generis’".

     En cuanto a la existencia de irregularidades en la venta de vírgenes extra en el mercado, afirma que en todos los sectores hay empresarios que cometen fraude, pero que la mayoría de los productores y envasadores comercializan aceites excelentes y son honrados, por lo que ve injusto que sólo salgan a la luz (mediática) los problemas.

Reconocen que hay "fraude" en la venta que "nos perjudica a todos"


     En todo caso, no oculta que este problema "existe": "Nosotros mismos vamos al súper de la esquina, compramos una botella y vemos que no tiene dentro lo que tiene que tener", algo que ha ocurrido también en sectores como el del jamón ibérico.

     El fraude "a nosotros nos perjudica", porque esos operadores ejercen una competencia desleal, ya que no han tenido que hacer "sacrificios" para conseguir aceites de oliva de excelencia, pero luego se identifican igual que los mejores en los puntos de venta.

     "Es una pena que este sector no esté dejando dinero" y, "en parte, es por esa competencia desleal"; hay que ser valiente y acabar con los que no hacen bien las cosas para "dejar hueco" a los productores y envasadores que sí lo hacen, que son la mayoría, insiste.

    "Sería naïf decir que el fraude no existe", reconoce, y hay operadores de países como EEUU que lo "capitalizan a su favor" y aseguran que las firmas españolas, italianas o del Mediterráneo que exportan allí no tienen calidad, "lo que es rotundamente falso".

También se pronuncia respecto a la controversia sobre el panel de cata como método para clasificar los aceites y defiende su mantenimiento mientras no haya otros sistemas complementarios efectivos, que en ese caso secundarían.

"Es el único filtro" para diferenciar un virgen extra, defiende; "es la prueba del algodón" para conocer qué es (diferenciándolo de otros de menor calidad), pero hay operadores a los que "interesa quitárselo de en medio, para que haya más manga ancha".

     "Nosotros defendemos a ultranza el panel test o estaríamos desprotegidos", destaca. En cuanto a las actividades de QvExtra!, en su segundo año de andadura, Serrano remarca el lanzamiento del sello de calidad -vinculado a un sistema de autocontrol- que distingue a las botellas de los aceites "de excelencia" que venden las empresas socias.

     "Es un compromiso con el consumidor" de que las botellas identificadas son de la máxima calidad y mantendrán la categoría virgen extra todo el período de consumo preferente, precisa.

Un sello de calidad tras requisitos muy exigentes


     La Asociación concede el sello tras los preceptivos análisis que demuestren que estos aceites cumplen unos determinados requisitos (de acidez o mediana de frutado) muy exigentes.

     Han subcontratado a un tercero (SGS), el control internacional, que se encargará de recoger muestras en lineales de cualquier país donde se comercialicen para comprobar si cumplen los requisitos.

     Si no lo hacen, un comité de expertos determinará si hubo problemas de mala conservación en la cadena de distribución, pero si se demuestra que existe "mala fe" implicaría la retirada inmediata de los sellos y la expulsión de la Asociación.

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