El inicio de la campaña frutícola ha sacado a primera plana uno de los graves problemas que todo el sector hablaba en privado. ¿Qué puede pasar si se da un caso de contagio por coronavirus en la recolecta?. El responsable sectorial de la Fruta Dulce de JARC, David Borda, ha dejado claro que considera inaceptable que el coronavirus se considere como accidente de trabajo. «No se puede establecer con ningún tipo de seguridad que el origen del contagio sea el puesto de trabajo, puede haberse contagiado antes o con el contacto con otras personas a su domicilio”.
Borda añade que “se tiene que tener en cuenta también, que cualquier contagio por coronavirus implicará que el resto de la plantilla se tendrá que entar en cuarentena, y el titular de la explotación se quedará sin personal para continuar con la cosecha, dadas las dificultades que implica encontrar mano de obra con el confinamiento.”
Las restricciones y normativas relativas al movimiento de trabajadores en el ámbito nacional e internacional han provocado serias dificultades para conseguir temporeros calificados para el campo. Por otro lado, la sectorial pide una serie de medidas para facilitar el trabajo agrícola, como ampliar el número de ocupantes en el transporte al puesto de trabajo.
Ayudas: reclaman que se financie el 70% de la producción que no se pueda recolectar
Los fructicultores asumen su responsabilidad, como actividad esencial que son ante el COVID-19, de continuar produciendo, con las dificultades añadidas derivadas del estado de alarma. Esta situación excepcional sin embargo se suma a la crisis estructural de precios que arrastran los productores agrarios.
La presión que soporta los fructicultores no para de aumentar, y por este motivo el jefe sectorial de la Fruta Dulce de JARC reclama algunas medidas de apoyo para las empresas paralizadas por el virus, como que la aseguradora agraria habitual, vehiculada a través Agroseguro, con apoyo económico estatal y/o autonómico, financie el 70% de la producción que no se pueda recolectar.
Así mismo exige que el CadeCAT (Agencia Catalana encargada del control de contratos alimentarios) y AICA (Agencia de Información y Control Alimantarios) velen porque se cumpla la ley; se formalicen contratos donde conste el precio que percibirá el productor y se cumplan los plazos de pago.
Reivindicaciones concretas de la sectorial de la Fruta Dulce de JARC
1. Que el Covid-19 se considere dolencia común en el sector agrario, en lugar de considerarse accidente de trabajo el contagio por coronavirus. El empresario se compromete obviamente a aportar los EPI necesarios y cumplir con las medidas de seguridad sanitarias.
2. En el transporte de trabajadores de su lugar de residencia hasta las fincas, y al revés, se pueda ampliar la ocupación de vehículos hasta 2 personas por hilera de asientos, siempre que dispongan de los EPI necesarios.
3. Si la baja por Covid-19 del titular de la explotación o del personal contratado, implica no poder proceder a la recolecció de alguna/nes variedad/s. Hace falta que a través de Agroseguro con el apoyo del Estado y/o de la Generalitat, se indemnice con un 70% del valor de la producción no recolectada.
4. Exigir al AICA y al CadeCAT que controlen que se hacen los contratos con precios a percibir por los productores y se cumplen los plazos de pago a 30 días.
5. Activación de todos los mecanismos de retirada, tanto planes operativos (PO) para socios de organización de productores de frutas y hortalizas (OPFH), como de extraordinarias (por no socios de OPFH). Porque en el caso de precios bajos o falta de mano de obra, se pueda activar la medida de no cosecha (la más recomendable en un escenario donde falte mano de obra) limitada a un máximo de 5 hectáreas/explotación, porque se pueda beneficiar o acceder todas las explotaciones fructícoles que lo necesiten.