Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos exige ayudas directas y la activación del fondo de crisis europeo para los productores de cereales ante los bajos precios que perciben, el aumento sostenido de los costes de producción y el incremento de las importaciones, sobre todo procedentes de Ucrania.
Desde comienzos de este año, los precios de los principales cereales han experimentado una deriva de precios negativa, especialmente acusada en el caso del trigo panificable (- 25,01 %), de la cebada pienso y malta con disminución de más del 25 % y del maíz grano con una disminución del 26,58 %. El descenso ha sido menos acusado en el caso del trigo duro (- 15,44 %). Todos los informes de coyuntura del Ministerio de Agricultura, referidos a la pasada semana, confirman esta tendencia a la baja en varios de los mercados nacionales más representativos y en todos los casos, a excepción del trigo duro, los precios medios se sitúan por debajo de los de las cinco últimas campañas.
A ello se suma el incremento sostenido de los costes de producción que, según los datos del Ministerio de Agricultura, ha consolidado subidas en fertilizantes del 35% y en carburantes del 45%. En el caso del maíz, el Observatorio de Precios de la Junta de Andalucía ya constató un incremento de los costes de producción por hectárea que superan el 20% a lo largo de tres campañas.
En este escenario se confirma también el aumento de los volúmenes de importación de cereales, especialmente desde Ucrania, que lastran los precios en nuestras lonjas estatales. Los precios del maíz importado oscilan entre los 220 y los 224 €/t, lo que tensiona de forma clara el mercado en nuestro país.
La producción estimada de trigo (blando y duro) en España para 2023 era la más reducida de los últimos 25 años, mientras que las importaciones ucranianas de trigo y centeno equivalen ya a más del 80 % de la producción. En el caso del maíz, 2.574.156 t es por ejemplo la producción prevista en 2023 para todo el Estado y el volumen importado asciende a los 2.573.687 t en el periodo enero – septiembre, una cantidad prácticamente equivalente al total de la cosecha española. Según fuentes comunitarias, hasta julio de este año, Ucrania había exportado casi 33 millones de toneladas de cereales y otros alimentos gracias a la Iniciativa sobre la Exportación de Cereales por el Mar Negro. Más del 50% del cargamento era maíz, el cereal que se ha visto más afectado por los bloqueos de los graneros ucranianos al inicio de la guerra.
LOS PRECIOS DE LOS PIENSOS NO HAN BAJADO PESE AL DESCENSO DE LA COTIZACIÓN DE LOS CEREALES
La otra cara de la moneda es la evolución de los precios de los piensos pagados por los ganaderos donde no se detectan esos descensos de precios de los cereales con los que se formulan, ni en los piensos simples ni en los compuestos, deteriorando así la cadena de valor del sector, según Unión de Uniones.
En este contexto, creen que «no es razonable» que con la necesidad de proteína vegetal que tiene este país los precios de los cereales sufran estas bajadas continuas presionados por acuerdos políticos que suponen una fuerte distorsión en los mercados cerealistas externos e internos. La organización indica que «hay que aquilatar las magnitudes de importación con el fin de buscar una complementariedad entre la necesidad de mantener las rentas de los cerealistas, asolados por una fuerte sequía y de los ganaderos que demandan materia prima para la elaboración de piensos».
Del mismo modo, Unión de Uniones piensa que hay que matizar «los intereses en política exterior relativos al apoyo de Ucrania en el conflicto con Rusia y los efectos perniciosos que ese trueque cereal – armas para sostener el conflicto están teniendo en las rentas de los cerealistas».
Unión de Uniones ve la necesidad de activar el fondo de crisis, contemplado en la Organización Común de Mercados Agrarios, como ya se hizo el pasado mes de junio de modo que se puedan arbitrar fondos de la reserva de crisis de la Unión Europea (UE) para los agricultores y ganaderos afectados por las consecuencias de la sequía y de las importaciones de cereales desde Ucrania.
A raíz de aquel Consejo, celebrado a finales del mes de julio, las delegaciones Polonia, Bulgaria, Hungría, Rumanía y Eslovaquia obtuvieron ayudas como consecuencia del impacto que estaba teniendo en sus mercados agrícolas las importaciones procedentes de Ucrania y la Comisión Europea movilizó 330 millones de euros provenientes de la reserva agrícola de crisis, en el marco de la Organización Común de Mercados Agrarios (OCMA).