El decreto destaca que la presencia del lobo está confirmada en algunas zonas de la provincia de Guadalajara, procedente de la dispersión natural de jóvenes ejemplares procedentes de la vecina comunidad autónoma de Castilla y León en donde sus poblaciones han tenido un importante crecimiento en los últimos años.
La acreditación de los requisitos para acceder a las ayudas deben presentarse dentro de los próximos quince días.
Otro ataque,esta vez en Madrid, con varias cabras muertas
Por otra parte, UGAMA ha denunciado el úñtimo caso de un ataque, en esta ocasión el martes día 26 en Madrid, cuando el ganadero de Prádena del Rincón, Luis González, ha sufrido un ataque en su explotación en el que han resultado muertas varias cabras, entre ellas algunas que acababan de parir, con lo cual los chivos podrían fallecer también por la falta de leche, lo que agravaría aún más la situación.
El ganadero denuncia que en los últimos dos años ha sufrido ya 5 ataques de lobos, con la consiguiente pérdida económica que ello conlleva y reclama celeridad en el pago de las indemnizaciones, pues asegura, que a día de hoy, todavía no ha recibido ninguna, con el perjuicio que ello supone.
Además, Luis González, recuerda que estas indemnizaciones, cuando se efectúan, aparte de ser insuficientes, se hacen como un ingreso, por lo cual el ganadero tiene que tributar por ellas, perdiendo parte de las mismas, algo que considera totalmente injusto.
Por otra parte, el ganadero madrileño alerta también sobre los cada vez más frecuentes ataques de buitres. Estas aves carroñeras ante la escasez de animales muertos, ya que han de ser incinerados desde que apareció el problema de la “vacas locas”, se ven obligados a matar para alimentarse y las autoridades no hacen nada para evitarlo, lo que se está convirtiendo en un grave problema para los ganaderos.
UGAMA recuerda a la Administración regional la obligación de resarcir a los ganaderos de estas pérdidas, y le solicita que acelere el cobro de las indemnizaciones y aumente la cuantía de las mismas para no poner en peligro la continuidad de la actividad de muchos ganaderos de nuestra provincia, auténtico motor de la economía de la Sierra de Madrid.