La coexistencia del maíz isogénico con el transgénico es un hecho más que demostrado en el Valle del Ebro, siempre que se lleve a cabo un sistema de control adecuado y determinadas prácticas agrícolas. Gracias al proyecto de investigación VATAMA liderado por la empresa Tereos Iberia, se constata que en un mosaico donde conviven ambos tipos de maíz, se puede incrementar el cultivo de maíz tradicional o isogénico siguiendo una serie de estrategias.

El proyecto VATAMA (Valoración y aplicación de herramientas y estrategias no químicas para la prevención de la plaga del taladro en el cultivo del maíz no OGM [Organismo Genéticamente Modificado]), ha demostrado que, siguiendo una serie de medidas para controlar la plaga del taladro (causada por Sesamia nonagrioides y Ostrinia nubilalis) el maíz isogénico o tradicional puede incrementarse en un mosaico de cultivo en el que convive con el transgénico.

Según los ensayos realizados, la plaga de taladro se mantuvo en mínimos durante cuatro años de convivencia en mosaico de maíces OMG y no OMG, incrementando la proporción de superficie de isogénico e implementando herramientas de prevención (siembra temprana, laboreo, tratamientos foliares alternativos y convencionales).

Dicha investigación ha sido liderada por Tereos Iberia, empresa ubicada en Zaragoza desde hace 60 años, perteneciente, actualmente, al Grupo Tereos, líder mundial en producción de glucosas. Tereos Iberia tiene un gran interés en el maíz, ya que es la única materia prima que procesa; diariamente transforma más de mil toneladas de maíz en almidones, glucosas y otros productos dirigidos a sectores esenciales como la alimentación humana y animal, la farmacia, la química verde o la fabricación de papel y cartón.

Otras entidades que han participado en las investigaciones de VATAMA han sido la Fundación de Innovación, Transferencia Agroalimentaria de Aragón, (FITA) la Agencia Estatal de Investigación del Ministerio de Ciencia e Innovación y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional.

MANUAL DE BUENAS PRÁCTICAS AGRÍCOLAS

El proyecto VATAMA se ha focalizado en tres actividades: en estrategias para prevenir el taladro en maíces tradicionales; en la implantación del mosaico de convivencia entre el isogénico y transgénico; y, en realizar un estudio socioeconómico sobre la merma de rendimiento que produce la plaga del taladro.

Tras varios años de ensayos y de la consecución de conclusiones, Tereos ha establecido un manual de buenas prácticas, no químicas, para controlar el taladro. Las principales medidas que se recomiendan son las siguientes:

  • Siembras tempranas: Es conveniente realizar siembras tempranas cuando la temperatura del suelo sea superior a 10º y el tempero lo permita. El objetivo es evitar el ataque de la segunda generación de larvas de taladros, que es la que daña de forma importante las cañas y las mazorcas y produce una merma en el rendimiento del maíz.
  • Labor de vertedera en invierno (bienal): Cuando una parcela de maíz ha tenido una incidencia de taladro media-alta en la campaña anterior (principalmente de Sesamia nonagrioides) es recomendable realizar una labor de vertedera en invierno para reducir la población de larvas invernantes. Esta práctica retrasa y reduce la plaga sobre todo en la primer generación de la misma. La labor de vertedera no hay que repetirla dos años consecutivos, ya que el suelo puede perder su estructura. No obstante, con este trabajo hay que tener en cuenta dos inconvenientes: que el taladro causado por Ostrinia nubilalis se hospeda en plantas adventicias o cultivos de maíz adyacentes o fuera del cultivo, y que la vertedera también podría eliminar ciertos parásitos que podrían ser eficaces para el control biológico de la plaga.
  • Uso de semillas de ciclos cortos: Siempre y cuando sea posible, y en función de las recomendaciones de GENVCE, se aconseja sembrar maíces de ciclo corto, ya que se ha comprobado que cuando las plantas alcanzan de forma temprana su madurez fisiológica, la segunda generación de taladros no produce tanto daño en los rendimientos del maíz.
  • Lucha biológica: En maíces rastrojeros de segunda cosecha se ha demostrado que es eficaz la pulverización foliar de un producto biológico a base de Bacillus thuringiensis en el momento de la detección de las primeras larvas neonatas de taladro. Antes de aplicarlo, hay que consultar el Registro de fitosanitarios del Ministerio de Agricultura, para ajustarse a la dosificación, forma y periodicidad.
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