«El campo está en la calle, no en el Ministerio» es una de las proclamas que han coreado este viernes 1 varias decenas de agricultores, en una concentración convocada por Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos ante el Ministerio del ramo mientras se celebra la reunión ministerial con las organizaciones agrarias.
En declaraciones a Efeagro, el coordinador estatal de Unión de Uniones, Luis Cortés, ha pedido al ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, que se siente a hablar con la organización, ya que a su juicio ASAJA, COAG y UPA son «muy débiles» a la hora de negociar porque están «muy subvencionadas» por el MAPA.
Cortés se ha quejado de que ninguna de estas tres organizaciones haya «salido a la carretera» ni haya realizado manifestaciones: «Solo han convocado actos de protesta por la propia presión de los agricultores»
HAN PEDIDO A LOS AGRICULTORES Y GANADEROS QUE NO CREAN EN ESTA NEGOCIACIÓN, YA QUE ES «MENTIRA»
En su opinión, la reunión de este viernes entre el Ministerio y las organizaciones agrarias es un «pasteleo» y una «farsa», y ha pedido a los agricultores y ganaderos que no crean en esta negociación, ya que es «mentira».
Para Cortés, los «verdaderos» agricultores no están este viernes en el Ministerio sino en las carreteras, preparando las próximas manifestaciones que han convocado productores independientes para la semana que viene y la que la propia Unión de Uniones ha convocado el 21 de febrero, una cita que prevén multitudinaria.
Las decenas de personas convocadas por la organización este viernes han vitoreado a las puertas del Ministerio de Agricultura frases como «el campo está en la calle», «No nos representan» -respecto a las organizaciones que, en ese momento están reunidas con el ministro Planas- o «¡Manos arriba, esto es un atraco!».
Sobre las protestas del resto de productores europeos y, en concreto, de las manifestaciones y ataques producidas por los agricultores franceses, el coordinador de Unión de Uniones ha recalcado que entienden sus reivindicaciones, pero no comparten el situar a España como el «enemigo».