La Asociación Española de Girasol (AEG) defiende que se le asigne al cultivo del girasol ayudas directas de la PAC similares a las que reciben las leguminosas para no perjudicar a este cultivo en beneficio de la leguminosas.

Actualmente, en los eco-regímenes de la nueva PAC asociados con rotación de cultivos con especies mejorantes, el girasol está incluido como cultivo mejorante, si bien no recibe la subvención de la ayuda directa de la PAC, que se aplica solamente a las leguminosas. De esta forma, se penaliza al cultivo del girasol frente a los cultivos de las leguminosas, cuando ambos aportan nitrógeno al cultivo: las leguminosas mediante fijación por las bacterias simbióticas, y el girasol mediante la extracción del nitrógeno (y otros nutrientes) de capas del suelo profundas a las que las raíces del cereal no tienen acceso.

Por esta situación, la Asociación Española de Girasol (AEG) defiende que «se le asigne al cultivo del girasol ayudas directas similares a las que reciben las leguminosas, debido a su papel en la recirculación de nutrientes desde capas profundas del suelo que se ha comentado antes».

Hay que tener en cuenta, adicionalmente, que el secuestro de carbono por parte del cultivo del girasol es más del doble que el realizado por los cereales y las leguminosas. Asimismo, no hay que perder de vista los servicios ecosistémicos de este cultivo: I) muy bajo nivel de tratamientos fitosanitarios; II) efecto beneficioso sobre los polinizadores, tanto por el atractivo de las inflorescencias y su alto contenido en néctar, como por su floración tardía; de esta forma, el girasol es el único cultivo que en secano ofrece alimento a los insectos durante el verano, tanto más cuanto más al norte del país se encuentre; III) el girasol ofrece también refugio y alimento a las aves migratorias.

«ES UN ERROR DE ESTRATEGIA APOYAR A LAS LEGUMINOSAS SIN CONSIDERAR TODAS LAS VENTAJAS QUE APORTA EL GIRASOL, QUE, ADEMÁS DE SER MEJORANTE DA RENTABILIDAD”

Actualmente el cultivo del girasol representa una superficie de siembra en España de más de 750.000 has, cuya cosecha no cubre la demanda de consumo interno de aceite de girasol, lo que nos obliga a ser un país dependiente de las importaciones en algo más del 50% del consumo interno, al igual que la importancia del girasol como un cultivo proteico del que también somos deficitarios y dependemos de las importaciones de otros países.

Las condiciones de cambio climático, acentuadas muy particularmente en la actualidad, demandan con urgencia nuevas estrategias de manejo y rotación de cultivos, estrategias que en España pasan necesariamente por impulsar cultivos como las leguminosas y el girasol. Desde la AEG consideran «un error de estrategia apoyar a las primeras sin considerar todas las ventajas que aporta el cultivo del girasol, un cultivo que, además de ser mejorante y respetuoso con el medio ambiente, resulta esencial para asegurar la rentabilidad de las rotaciones de secano en España por lo que consideramos que este cultivo tiene todas las ventajas para ser incluido dentro del mismo grupo».

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