LA UNIÓ de Llauradors ha denunciado una gran proliferación de incendios en solares y campos abandonados de las poblaciones y ciudades de la Comunitat Valenciana y apuesta por establecer penalizaciones a los propietarios que no los mantengan en unas condiciones mínimas y por incentivos fiscales para aquellos que los cuiden y tengan cultivos en producción.
Eso de que los incendios se producen únicamente en zonas forestales ya no es cierto y sobre todo en esta época estival con temperaturas elevadas y episodios de poniente. Los incendios en solares y campos abandonados proliferan por estas fechas de calor en los últimos años como consecuencia de la crisis urbanística y la falta de rentabilidad en las explotaciones agrícolas (ver fotografías adjuntas). La maleza y la gran cantidad de vegetación existente son el combustible perfecto para los incendios.
Estos fuegos, además de su coste, crean un quebranto económico importante para las fincas colindantes que tienen cultivos
Ramón Mampel, secretario general de LA UNIÓ de Llauradors, señala que “no hay día que los medios de comunicación no informen de un incendio en alguna localidad originado en alguno de los campos abandonados repleto de maleza y escombros”.
Estos incendios provocan en muchos casos, aparte del deterioro en el paisaje y la inversión pública necesaria para la extinción de los mismos, un quebranto económico importante para las fincas colindantes que tienen cultivos en producción y que se ven afectados por los efectos del fuego. Esta situación cuesta dinero a los agricultores que hacen bien las cosas y que se han visto en medio de los intereses y la especulación urbanística y del deterioro de unos terrenos que no son suyos.
Por este motivo LA UNIÓ insta a los Ayuntamientos a penalizar a aquellos propietarios que no tengan sus campos en unas condiciones salubres y por otra parte a incentivar fiscalmente mediante una bonificación del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) de naturaleza rústica a los que mantengan la parcela con cultivos en producción. “Un campo en buenas condiciones con lo que conlleva de tener una actividad agrícola económica en el pueblo, mantener el paisaje y evitar incendios y plagas debería tener alguna recompensa”, afirma el secretario general de LA UNIÓ.
Las nulas condiciones de limpieza y salubridad exigibles provocan, además de la propagación de incendios, la invasión de plagas de roedores, conejos o caracoles y también otras plagas o enfermedades en cultivos de fincas colindantes.
Cabe señalar que la mayor parte de los Ayuntamientos realiza un gran esfuerzo mediante bandos municipales o enviando cartas a los propietarios de esos campos abandonados para reclamarles la limpieza, pero si no existen medidas coercitivas y penalizadoras se ha demostrado que tal vez no resulten tan efectivas. En este sentido Mampel indica que “hay que pasar ya del aviso, cuando transcurra el tiempo oportuno y se localice al propietario, a la acción judicial”.