El presidente de ARAG-ASAJA, Eduardo Pérez Hoces, ha pedido al Gobierno “repensar la futura PAC tras las consecuencias de la invasión de Ucrania para evitar seguir hacia el desastre del mundo rural”.

Durante su intervención en la jornada que la organización ha celebrado este viernes 25 en el restaurante Delicatto para informar sobre la reforma de la PAC que entrará en vigor el próximo año y su aplicación en La Rioja, Pérez Hoces ha señalado que la guerra “ha puesto en evidencia la dependencia que la Unión Europea, y España en particular, tiene de algunas materias primas agrícolas, lo que se ha traducido, todavía más, en un incremento de precios y el riesgo de desabastecimiento de cereales tan básicos como el trigo, maíz o girasol”, de ahí que se de deba «repensar la futura PAC para evitar el desastre del mundo rural»

Unas circunstancias que, en su opinión, hacen necesario “reabrir el debate sobre la política agraria que la Unión Europea tiene planificada para los próximos años y los elevados riesgos que las políticas verdes que quieren imponer pueden tener para la seguridad alimentaria”.

En este sentido, el presidente de ARAG-ASAJA ha criticado que “cuando se hacen las cosas con ideología, y sin pensar en las consecuencias, nos encontramos que ahora mismo, en la peor situación del sector, el agricultor y ganadero encima de la mesa una PAC irresponsable y frágil”.

“Nos van a obligar a reducir para el 2030 un 50% el uso de fitosanitarios, rebajar como mínimo un 20% el uso de fertilizantes, destinar al menos un 10% de la superficie agraria para fines no productivos, y alcanzar un 25% de la superficie dedicada a cultivos ecológicos”. Es decir, añade, “nos van a limitar la capacidad productiva con el riesgo que supone de pérdida de soberanía y seguridad alimentaria”.

Por último,  Pérez Hoces ha cuestionado la oportunidad de las políticas medioambientales. “Los agricultores, y nos hemos hartado de decirlo, no estamos en contra de la sostenibilidad. Estamos en contra de trabajar para ni siquiera cubrir los costes de producción. En contra de quienes pintan desde sus despachos una agricultura y ganadería más verde a costa de los números rojos del sector.  En contra de que mientras nosotros estamos produciendo alimentos con las exigencias medio ambientales, de bienestar animal, de seguridad alimentaria y laborales más exigentes y restrictivas del mundo, asistimos impotentes a la llegada de productos agrarios de terceros países, con unos estándares de calidad y unas garantías sanitarias infinitamente menores que los nuestros.

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