Desde el punto de vista de los productores, el término "crisis" se puede utilizar cuando la media de los costos de producción no se cubre durante un largo período de tiempo (al menos 12 meses).
De este modo, según señalan en una nota, el programa propuesto monitorea una serie de factores de desarrollo del mercado que acaban determinando unas alertas de “crisis” (de diversa fuerza), que implican una serie de medidas, como la reducción de la producción (entre el 5% y el 30%) e incluso la multa a los ganaderos que no cumplan ese descenso productivo durante estas situaciones de dificultad. El objetivo es, en primer lugar, prevenir un colapso de los precios al productor en toda Europa y, en segundo lugar, superar la crisis rápidamente, con poca financiación estatal.
El caso diferencial de España y la llegada masiva de leche francesa
Sin embargo, para OPL, en España se da una circunstancia diferencial que haría difícil la aplicación de un sistema de estas características, dado que, durante la aplicación del sistema de cuotas, nuestro país ha tenido asignado un cupo muy por debajo de la demanda.
Así, mientras que la cuota láctea española se sitúa en 6 millones de kilos, el consumo está alrededor de 9 millones. Por ello, según OPL, “es importante que España pueda llegar a cubrir ese diferencial con nuestra propia producción”.
En estos momentos, los excedentes de leche europeos, especialmente de Francia, llegan a España y ahogan el mercado interior. Por eso, según el presidente de OPL, Manuel Iglesias, “pese a que estamos de acuerdo con nuestros compañeros de EMB en que son necesarias medidas para paliar las crisis, no estamos en igualdad de condiciones para poder instaurar este sistema de regulación que proponen en nuestro país”.
Tal es así, que desde OPL, se reclama un “compromiso a nivel europeo para colocar los excedentes de leche de los países que más producen fuera de la UE”.