En el caso concreto de Castilla y León, Asaja ya había advertido sobre las consecuencias de esta eliminación de la ayuda regional –que rondaba los 16 millones de euros anuales para el conjunto de seguros agropecuarios y que en 2012 se vio reducida a 0 euros–, aunque lo que no se podía anticipar era "que la repercusión en el aseguramiento iba a ser tan fulminante: en Castilla y León se ha pasado de las 1.081.000 hectáreas con cobertura de la campaña anterior a las 893.000 de la superficie sembrada en la campaña cerealista actua", asegura en un comunicado.

   Según esta organizació, desde hace años en la Comunidad Autónoma el nivel de aseguramiento superaba siempre el millón de hectáreas, así que “este enorme descenso obedece claramente a una circunstancia nueva, la pérdida del apoyo público, tanto por parte de la Consejería, que ya no da nada, como del Ministerio, que ha reducido también su aportación”, subraya Asaja. Este punto queda confirmado, en su opinión, si se compara el nivel de aseguramiento nacional, que también ha caído (alrededor de un 9%), pero de forma menos acusada, puesto que el apoyo autonómico al seguro no ha sido esquilmado en otras partes como en Castilla y León.

   Por provincias, el descenso del número de hectáreas contratadas ha sido especialmente fuerte en las provincias netamente cerealistas, como Valladolid, con 58.521 hectáreas y 792 pólizas menos; Palencia, con 51.000 hectáreas y 762 pólizas menos, y Burgos, con 28.167 hectáreas y 454 pólizas menos; aunque la bajada es generalizada en todas las provincias, ya que en Ávila, Salamanca y Zamora también se reduce el aseguramiento fuertemente, quedando fuera en cada una de ellas más de 10.000 hectáreas que habitualmente sí contaban con cobertura.

    Asaja lamenta que las cifras confirmen lo que ya había advertido: que “en muy poco tiempo estamos asistiendo al desmantelamiento del sistema de seguros agrarios español, que había sido construido con el esfuerzo de todos durante 25 años y que ahora, en pocos meses, se está desmoronando sin que los políticos muevan un dedo”.

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