En una de sus primeras medidas posteriores al Brexit, Inglaterra ha lanzado una consulta sobre edición genética en un intento por desbloquear «beneficios sustanciales» para el sector y el medio ambiente, pero la medida podría poner al país en desacuerdo con la UE al respecto. Y desde COPA-COGECA ya advierten de que tal medida sería «prohibitiva en las relaciones comerciales» y su temor a que «no habría forma de resolver esto» sin igualdad de condiciones para ambos lados del Canal.
La consulta, confirmada por el secretario de Medio Ambiente del Reino Unido , George Eustice, en la Conferencia de Agricultura de Oxford el miércoles (7 de enero), se centrará en evitar que los organismos de edición genética (GE) sean regulados de la misma manera que los cultivos genéticamente modificados (GM), según a una declaración emitida por el gobierno del Reino Unido.
Esto podría resultar en una divergencia significativa de la posición de la UE sobre el tema y haría que el país se alineara con otros como Japón, Australia y Argentina, que han adoptado un enfoque similar para los cultivos transgénicos.
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJCE) dictaminó en 2018 que los organismos editados genéticamente, en principio, están incluidos en el alcance de la Directiva de OMG de la UE. Si bien esto fue alabado por grupos ambientalistas, el fallo ha sido criticado por la industria agroalimentaria.
Dependiendo del resultado de la primera parte del proceso de consulta, el Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales (DEFRA) puede buscar alterar la legislación actual para enmendar la definición de organismo modificado genéticamente (OMG) tal como se aplica en Inglaterra.
“Esto significaría que esta legislación no se aplica a organismos producidos por edición de genes (GE) y otras tecnologías genéticas si pudieran haber sido desarrollados usando métodos tradicionales de reproducción”, dice la página de consulta DEFRA.
LOS PRODUCTORES EUROPEOS ADVIERTEN DE QUE PODRÍA AFECTAR AL COMERCIO ENTRE LA UE Y REINO UNIDO
Esta posible divergencia con la UE en la materia también ha suscitado preocupaciones sobre el futuro de la relación comercial agroalimentaria entre el Reino Unido y la UE.
Pekka Pesonen, secretario general de la asociación de agricultores COPA-COGECA, advirtió anteriormente que tal medida sería «prohibitiva en las relaciones comerciales» y que temía que «no habría forma de resolver esto» sin igualdad de condiciones para ambos lados del Canal.
Del mismo modo, se ha emitido un veredicto sobre si los consumidores tienen una demanda por los alimentos transgénicos.
En una conferencia de prensa reciente, James Bailey, director ejecutivo del supermercado Waitrose, advirtió que los consumidores tienden a ser reacios a la edición de genes, destacando que los clientes quieren saber “de dónde vienen sus alimentos y cómo se producen”.
«Si nuestros clientes no compran la comida, no tiene sentido», dijo.
Martin Häusling, portavoz de agricultura de los Verdes / EFA en el Parlamento Europeo, dijo anteriormente a EURACTIV que “los estudios de consumidores han demostrado una y otra vez que los consumidores no quieren alimentos y piensos transgénicos”.
“El Reino Unido, por lo tanto, perderá un gran mercado para sus productos manipulados genéticamente”, dijo, y destacó que los productos europeos tienen “una muy buena reputación internacional, en parte porque están libres de ingeniería genética”.
(Texto: Natasha Foote | EURACTIV.com)