Para llevar a cabo el estudio se eligió una población de explotaciones con límite finito. Los países del COI que han aportado datos reúnen 9,954,169 hectáreas de cultivo, es decir, el 89% del olivar mundial. El grupo de expertos obtuvo además, datos de otros nuevos países productores cuya superficie de olivar es de 293.000 hectáreas. En cuanto a los resultados, aunque son preliminares y se encuentran en periodo de revisión previa a su presentación y posterior edición, gozan de total consistencia, ya que sea alinean de forma casi plena con los obtenidos en estudios similares llevados a cabo de forma previa por sendos coordinadores del estudio.
Los datos necesarios fueron obtenidos mediante el diseño de una serie de cuestionarios. Las tablas fueron cumplimentadas por los expertos nombrados para cada uno de los países miembros, haciendo referencia a las campañas 2009/10, 2010/11, 2011/12 y 2012/13.
Para la obtención del coste de obtención de un kilo de aceituna, los cuestionarios se han estructurado solicitando los costes en las diferentes tareas de cultivo para cada uno de los sistemas analizados. Las tareas de cultivo consideradas han sido Fertilización, Protección fitosanitaria, Manejo del suelo, Poda, Recolección y Riego. La suma de los costes de cada una de las tareas anteriores constituyen los costes directos. A los mismos le fueron añadidos costes indirectos, de amortización, de transporte y molturación, en todo caso dirigidos a la obtención de los costes globales de obtención por kilo de aceite para cada país.
Recomendaciones
Este completo estudio incluye también una serie de recomendaciones con el fin de crear estrategias que permitan la mejora de la competitividad de las explotaciones olivareras internacionales más desfavorecidas. De esta manera, los expertos piden considerar la formación y transferencia de conocimiento como una herramienta para optimizar costes en países con datos desfavorables, en los que según este estudio se pueden considerar que las técnicas de cultivo no son las más adecuadas para la rentabilidad.
Además, abogan por la potenciación de la calidad de los aceites, así como por resaltar las características singulares, sobre todo de los aceites obtenidos a partir de los cultivares tradicionales, y por el fomento de vía estrategias de cooperación, como pueden ser la integración, o la concentración, de la competitividad de las explotaciones olivareras, así como las almazaras.
También piden atribuir un uso más acertado a la utilización de los subproductos, y búsquedas de destinos y utilidades para los mismos vía investigación, desarrollo y evolución tecnológica, y la transformación de olivares tradicionales hacia sistemas más intensivos de cultivo donde la orografía, disponibilidad de agua y circunstancias de tamaño lo permitan, Por último, el estudio aboga por el fomento de la promoción como una de las medidas de mayor calado estratégico, en pro de incrementar la evolución del actual consumo y la valoración del producto por parte del consumidor mundial.
El presidente de GEA Westfalia Separator Ibérica, Juan Vilar Hernández, pone de relieve la importancia del trabajo realizado en este comité del COI, ya que “el primer paso para poder gestionar una actividad pasa por el perfecto conocimiento de su cuenta de resultados, por tanto, esta información, no solo es estrategia, sino vital para la toma de decisiones en el seno del sector”.
El sector oleícola, en cifras
La cifra de negocios del sector oleícola internacional oscila en cada campaña entre los 6.500 y 11.000 millones de euros, y de él viven más de 30 millones de personas, integradas en 7 millones de familias. El número de hectáreas de olivar es de 11 millones están distribuidas por los actuales 47 países productores de aceite de oliva distribuidos por los cinco continentes.
En la actualidad se consume aceite de oliva en más de 160 países. La producción y consumo de aceite de oliva supone, con respecto al resto de grasas comestibles, vegetales y animales, un porcentaje del 1,7 por ciento (datos de campaña 2012), 3.1, frente a 184 millones de toneladas, de las cuales 24 millones de toneladas son grasas de origen animal.
Las circunstancias anteriormente mencionadas ponen de manifiesto que el sector internacional de elaboración de aceite de oliva, es un sector económico estratégico cuya influencia, e idiosincrasia por razones de consumo o producción, se ejerce a nivel global.