Se recuerda que el (Tomato leaf curl New Dehli virus) TolCNDV es una patología que se da preferentemente en cucurbitáceas y solanáceas cuya principal consecuencia se deriva en alteraciones fisiológica en hojas (se rizan y amarillean) y alteraciones visuales en los frutos (cuya piel también puede llegar a rizarse), lo que provoca un menor rendimiento de la planta ya que detiene su crecimiento; es más en el caso de una afectación temprana en el ciclo de crecimiento de la planta puede ser que ni siquiera crezca o dé frutos. Se trasmite a través de la mosca blanca. Se trata de una cepa o variante de la conocida “cuchara” (Tomato yellow leaf curl virus, TYLCV).
Apareció en julio en Almeria y se está propagando rápidamente
Fue detectado en la provincia almeriense el pasado mes de julio y desde entonces se ha convertido en una de las grandes preocupaciones de los agricultores esta campaña debido a su capacidad de propagación. Ha afectado principalmente a calabacín, sin embargo también se han detectado casos en pepino y melón, por ahora no se ha detectado en sandía.
En otros frutos como tomate y pimiento la patología presente ha sido la ya conocida como “rizado de la hoja” o virus de la cuchara. Se trata de una patología con una elevada capacidad de trasmisión, ya que si la mosca infectada entra en contacto con la planta, ésta la adquiere de forma inmediata, no siendo necesario contar con una elevada población de mosca para que los cultivos susceptibles puedan verse afectados por el New Delhi.
Consejos básicos y vitales de cómo actuar para prevenir estas plagas
El agricultor tiene en su mano insectos auxiliares como el Nesidiocoris, el Amblyseius Swirskii o el Erectmocerus, habitualmente usados para hacer frente a la presencia de mosca blanca en las explotaciones. Pero además del uso y la intensificación de las sueltas, se hacen necesarias otras medidas relacionadas con el manejo de los cultivos, como controlar las poblaciones de mosca blanca de manera que se minimice en todo momento la presencia del insecto, bien mediante control biológico continuo, o mediante tratamientos químicos cuando sea necesario, conjuntamente con el uso de todas aquellas practicas culturales que ayuden a reducir el vector (trampas cromotrópicas….). En caso de tratamientos químicos, alternar las aplicaciones con productos de distintos grupos químicos para evitar resistencias.
Asimismo, se apuesta por la utilización masiva de trampas cromotrópicas para seguimiento y captura de insectos vectores, previo incluso, al momento de la plantación, utilizar material vegetal sano procedente de viveros o semilleros autorizados, con su correspondiente pasaporte fitosanitario o que la estructura del invernadero deberá mantener una hermeticidad completa.
También se hace hincapié en la colocación de mallas en las bandas y cumbreras del invernadero de una densidad mínima de impida la entrada del insecto vector o la colocación de doble puerta o puerta y malla en las entradas del invernadero (en caso de no contar ya con este sistema).
Una vez realizada la siembra, se recomienda colocar la manta térmica con un ancho mínimo de 1 metro. Esto permite mantener la planta aislada al menos 3 semanas. Lo ideal es ponerla en forma de tunelillo (enterrar bien la manta en sus bordes, mantiene el cultivo aislado durante más tiempo, la planta vegeta mejor y conlleva menores riesgos fitosanitarios.
Cuando se retire la manta es el momento de realizar sueltas de Organismos de control biológico, pero antes hay que hacer una valoración para ver si hay presencia de mosca blanca o New Delhi, y realizar el tratamiento fitosanitario específico y condicionando la suelta de auxiliares al plazo de seguridad. Cuando se realicen las sueltas de insectos auxiliares se deben incluir refuerzos en las zonas más expuestas (ventanas, bandas, puerta, vientos dominantes…).
Una vez finalizado el cultivo, es recomendable hacer un tratamiento con algún producto específico contra la mosca blanca y el trip, por ejemplo jabón fosfórico u otros. Además es importante no dejar el material vegetal fuera del invernadero durante largo período de tiempo, ya que provoca que los vectores presentes en ese material busquen otro con la savia viva, promoviendo la proliferación de plagas.
Una plaga desconocida ante la que se deben extremar las precauciones
Por último desde ASAJA se quiere recordar que el New Delhi "es aún desconocido para nosotros, y por ello se necesitan actuaciones en conjunto para poder controlarlo, si todos los agricultores no ponen en marcha estas medidas en sus explotaciones se nos hará difícil combatirlo".
Así, tras una menor incidencia este invierno "vemos cómo se está haciendo presente nuevamente en las plantaciones de primavera, con especial incidencia en cucurbitáceas, y desconocemos si aumentará su agresividad con la subida de temperaturas".