Las organizaciones agrícolas europeas Copa y la Cogeca han rechazado en Bruselas el proyecto de reducir casi a la mitad los objetivos fijados para los biocombustibles utilizados para el transporte de aquí a 2030, advirtiendo de que esa decisión va a mermar la posibilidad de la UE de alcanzar sus objetivos relativos al cambio climático y a la descarbonización del sector del transporte, además de que puede provocar serios daños a la rentabilidd el sector cerealista, en especial en las oleaginosas.

Según declaraciones del presidente del grupo de trabajo del Copa y de la Cogeca, el Sr. Klein, «la Comisión de la UE piensa reducir sustancialmente la proporción de biocombustibles convencionales en los medios de transporte, de un 7% en 2021, al 3.8% en 2030, y permitirles a los Estados miembros fijar objetivos nacionales por debajo de los objetivos de la UE, lo cual es totalmente inaceptable. El proyecto que recoge la propuesta relativa a la promoción del uso de la energía de fuentes renovables no es realista, ya que estos combustibles son la única alternativa real a largo plazo de los combustibles fósiles, que son menos respetuosos del medio ambiente que los biocombustibles convencionales. Sin biocombustibles, a la UE le va a resultar imposible alcanzar sus objetivos relativos al clima y a la energía».

BIOCOMBUSTIBLES RECORTE EUROPA 2«También va a tener la decisión efectos negativos en los mercados agrícolas de la UE, principalmente en el sector de las oleaginosas y de cara al suministro de subproductos ricos en proteínas que se usan como piensos, porque sólo parte de la colza, trigo, maíz y azúcar se utiliza para producir biodiesel o bioetanol. El resto se usa para la elaboración de piensos. Los biocombustibles le proporcionan a los agricultores otra salida para sus productos y una fuente alternativa de ingresos, especialmente importante en la actualidad, en vista de los excedentes del mercado de los cereales», ha añadido el Secretario general del Copa y de la Cogeca, Pekka Pesonen.

«Acogemos favorablemente el proyecto de introducir gradualmente el uso de los biocombustibles avanzados, que aún están en los albores de su fase de desarrollo y pensamos que efectivamente deben promocionarse para que puedan sustituir los combustibles fósiles. Pero nos oponemos a la propuesta de la Comisión de sustituir los biocombustibles convencionales por los biocombustibles avanzados. Tanto los biocombustibles convencionales como los avanzados forman parte de la solución, para garantizar la existencia de un sector de los transportes más respetuoso del medio ambiente, así como de un sector agrícola más sostenible, promotor del crecimiento y de la creación de empleo en las zonas rurales», ha dicho Pesonen.

El Sr. Klein también ha subrayado que el sector de los transportes seguirá necesitando biocombustibles líquidos en el futuro. «Los vehículos que funcionan con electricidad están aún en una fase muy temprana de su desarrollo y la tecnología no es factible a la larga para los camiones pesados, la maquinaria agrícola y el transporte aéreo y marítimo. Por eso, urgimos a los ministros de la UE y a los eurodiputados a asegurarse de que se mantiene el límite en por lo menos el 7% de biocombustibles convencionales hasta 2030, con una cláusula de revisión en 2025, para tener en cuenta la escala efectiva de los biocombustibles en el mercado», ha dicho Klein.

El Sr. Pesonen ha continuado refiriéndose a los combustibles procedentes de la biomasa recogidos en la propuesta, insistiendo en que deben tenerse en cuenta los esfuerzos de los propietarios forestales para garantizar el desarrollo sostenible de los bosques, de manera holística. «Los nuevos requisitos para que se siga un enfoque basado en el riesgo deberían aplicarse a nivel nacional, teniendo en cuenta la legislación nacional y los sistemas que se están aplicando ya para garantizar la producción sostenible de biomasa forestal.  Su aplicación no debería crear burocracia para los Estados miembros o los beneficiarios. Debemos asegurarnos de que el sector forestal va a poder seguir contribuyendo al desarrollo ulterior de la bioeconomía en la UE, para hacer frente al cambio climático y asegurar la viabilidad y sostenibilidad de las zonas rurales», ha declarado.

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