Alfredo Manicardi, doctorando de la Universitat de Lleida, ha recibido el XIV Premio SEMh-Phytoma, dotado con 900 euros y una estatuilla, por la comunicación Origen de la resistencia a los inhibidores de ALS en poblaciones españolas de Amaranthus palmeri, presentada en el XIX Congreso de la Sociedad Española de Malherbología, que se celebró en Beja (Portugal).
La Amaranthus palmeri es una de las especies invasoras más peligrosas por su alta capacidad competitiva y posibilidad de desarrollar biotipos con resistencia a distintos herbicidas. Procedente de EE UU, se ha extendido por cultivos de maíz de Cataluña, Aragón y Extremadura. El trabajo premiado amplía la comprensión de su resistencia a herbicidas ALS y resalta la urgencia de adoptar estrategias de contención y manejo para evitar su expansión.
Los investigadores caracterizaron la resistencia a herbicidas inhibidores de ALS y la historia evolutiva de ésta en poblaciones europeas de A palmeri. Siete poblaciones españolas y cuatros italiana se trataron con tifensulfuron-metil e imazamox. Todas las poblaciones mostraron resistencia cruzada a los dos herbicidas, con distintos porcentajes de resistencia, y se identificaron diversas mutaciones del gen ALS: Trp-574-Leu, Pro-197-Thr y Asp-376-Glu. Sorprendentemente, la mutación Trp-574-Leu fue predominante en Italia, constituyendo la única base de resistencia a los inhibidores de la ALS. En las poblaciones españolas, se encontraron todas las mutaciones indicadas, lo que pone de manifiesto un escenario de resistencia multifacética.
Los resultados indican que las introducciones de la mala hierba en Italia y España son independientes entre sí. Además, se ha confirmado una mayor diversidad genética entre las poblaciones españolas, lo que revela una introducción repetida de nuevas poblaciones. La alta diversidad observada entre poblaciones muy cercanas respalda esta hipótesis.
La presencia del mismo haplotipo (conjunto de variantes genéticas que se transmiten juntas) dentro de poblaciones localizadas en una distancia corta (5 km) puede deberse a la dispersión de semillas por maquinaria agrícola. Por otra parte, los mismos haplotipos compartidos por poblaciones que distan más de 600 km indican una dispersión de semilla debida al transporte de pienso o grano contaminado.