Ginés Mena / Efeagro
El precio del vino blanco a granel y salida de bodega repuntó el 1,87% entre el 14 y el 20 de noviembre respecto a la semana anterior y se sitúa en los 2,31 euros por hectogrado, aunque peor suerte corre el tinto, que sufre caídas.
Según los datos que recoge el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, esta última categoría se dejó el 0,61% de su valor y se establece en 2,92 euros por hectogrado de media.
Por lonjas, el precio del vino blanco común se paga a 2,56 en Albacete; 2,64 en Badajoz; 2,27 en Ciudad Real; 2,24 en Cuenca y 2 en Toledo.
Los tintos sin indicación geográfica, ni denominación de origen -12 puntos de color- están a 2,99 en Albacete; 2,44 en Ciudad Real; 3,25 en Cuenca; 3,08 en Badajoz; 2,88 en Murcia; 3,15 en Toledo y 3 euros por hectogrado en Valencia, según la misma fuente.
En Italia, precio del vino blanco ha cotizado este mes a 2,92 euros por hectogrado y los tintos rondan los 3,33 euros; y, en Francia, cerraron octubre entre 5,22 (blancos comunes) y 7,03 euros (blancos con IGP), pasando por los 5,34 euros por hectogrado de los vinos tintos, de acuerdo con las estadísticas del instituto Ismea.
En cuanto a la evolución de las salidas y stocks, el sistema de Información de Mercados del Sector Vitivinícola (Infovi) constata que grandes productores y almacenistas tenían existencias en esta campaña (a 30 de septiembre) de 40,6 millones de hectolitros (hl) de vino, a los que se añaden 4,6 millones de mosto sin concentrar.
Los principales stocks eran de graneles tintos o rosados (20,50 millones de hectolitros) y blancos a granel (14,57 millones).
El vino se consolida como un factor de estabilidad para la actividad y el tejido rural
Las salidas totales en el período fueron 4,79 millones de hl y, de ellos, 2,94 millones se vendieron en el mercado nacional y 1,86 millones en otros países, sobre todo de la Unión Europea (1,29 millones de hl).
El vino se sigue consolidando, por otra parte, como un factor de estabilidad para la actividad y el tejido rural, no sólo en España sino en toda Europa, tal y como constata un informe del Comité Europeo de las Empresas del Vino (CEEV) difundido esta semana.
No en vano, el valor de mercado de este producto agroalimentario en la Unión Europea (UE) se estima en 100.000 millones de euros.
El sector vitivinícola representa 3 millones de puestos de trabajo a tiempo completo directos, la mayoría de ellos en zonas rurales, donde existe poca otra alternativa económica, según el estudio.
La UE concentra el 45% de la superficie mundial del cultivo, el 63 de la producción y el 70% del valor, con Italia, Francia y España como líderes, y el 52% del consumo global, precisa.
Sobre la evolución de las ventas en algunos destinos exteriores, el Observatorio español del Mercado del Vino (OEMV) indica que las salidas a EEUU hasta septiembre «crecieron a buen ritmo», aunque nuestro país aún tiene una cuota relativamente baja, al suponer el 6,3% tanto del valor como del volumen importado.
En Canadá -otro de los ejemplos que analiza el Observatorio-, el vino español cayó un 18 % en volumen, pero creció más que la media en valor al subir de precio un 25 %, debido «a la mejor evolución de espumosos y envasados, unido al desplome del granel».
En ámbito doméstico, y por lo que respecta al comercio en supermercados, se producen avances: el último informe Nielsen muestra que incrementa el valor de los vinos espumosos (+5,3 %) y tranquilos (+4,6 %) en el acumulado a septiembre.