Doniciano Dujo / Presidente Asaja Castilla y León
Había ganas en el campo de que volviera a abrir las puertas Agraria. Lo primero porque es una cita magnífica para los agricultores y ganaderos y amantes del campo en general; lo segundo, porque si podemos recorrer de nuevo sus pabellones es porque ha quedado atrás lo peor de la pandemia. Los agricultores y ganaderos pasamos mucho tiempo trabajando solos, ocupados en las tareas de la explotación. Sin embargo, pienso que es un sector que valora como pocos la buena compañía, compartir unas horas con otros profesionales del campo para hablar de lo que se tercie. Y la maquinaria es uno de los temas que no fallan.
Lo primero que desde ASAJA queremos es dar las gracias y la enhorabuena al equipo de Agraria que ha llevado a esta feria todavía joven a estar ya entre las mejores del país. Es cierto que nació en una buena tierra, porque Castilla y León es la región más extensa de España, con más de tres millones de hectáreas netamente agrícolas. La maquinaria es, junto a la tierra, la mayor inversión que hace el agricultor a lo largo de su vida laboral. Su continua innovación ha permitido trabajar más y mejor, y si Castilla y León sigue siendo el granero de España, cuando los activos somos muchos menos, es en buena parte gracias a la maquinaria. Si en la primera feria Agraria el autoguiado era aún una herramienta conocida por unos pocos, hoy está muy generalizado en el sector. Lo que ayer sonaba a ciencia ficción, hoy es cotidiano. Para que digan que en el campo nada cambia: pocos sectores han experimentado un vuelco tan grande.
Pero no todo son luces en este panorama. Hay cosas que no nos gustan. Primero, la carestía de una tecnología que mayoritariamente es importada -como bien hemos sufrido cuando se han colapsado los mercados- precisa de una inversión inaccesible para muchos agricultores. Los programas de apoyo de la administración nacional y regional no siempre son accesibles y suficientes para resolverlo. También hemos pedido al Tribunal de Competencia que exista una mayor claridad en los puntos de venta de las diferentes marcas, para que un agricultor pueda elegir comprar su apero donde le sea más ventajoso, no donde le fuerce su situación geográfica. También nos preocupa las dificultades que implican la reparación de una maquinaria cada vez más especializada e informatizada, por no decir opaca, que deja indefenso al agricultor cuando algo falla.
Nuestro liderazgo en producción se debe al buen hacer de los profesionales de la agricultura, pero también a los medios que nos acompañan, Por eso ASAJA es tan crítica con una PAC que pretende convertir en jardines campos productivos. La agricultura del siglo XXI tiene que ser respetuosa con el medio ambiente, pero también productiva, rentable, profesional y libre, ése es el modelo que defendemos en ASAJA, y sabemos que el tiempo nos dará la razón.