La Asociación Agraria Jóvenes Agricultores Asaja de Toledo ha puesto sobre aviso a los ganaderos de la Sierra de San Vicente por la posible presencia de lobos en la zona ante el ataque contra un rebaño de ovejas, cuyas heridas podrían ser compatibles con las causadas por esta especie.

En una nota de prensa, Asaja ha puntualizado este martes 6 que la Sierra de San Vicente es una zona limítrofe con la Sierra de Gredos, en Ávila, donde existe una población de este depredador, aunque ha matizado que, por el momento, «son sospechas».

DE CONFIRMARSE SERÍA EL PRIMER CASO EN AÑOS DEBIDO A SU EXPANSIÓN Y LA PROTECCIÓN DE ESTA ESPECIE

No obstante, la organización agraria ha puesto sobre aviso a los ganaderos de la zona y les piden que extremen las precauciones cuando el ganado esté suelto, a la vez que ha demandado a la administración medioambiental que investigue el caso y corrobore, lo antes posible, si el ataque ha sido causado por un lobo.

«Se trataría del primer avistamiento de lobos en nuestra provincia en años, una especie que donde se implanta ocasiona graves perjuicios a la ganadería extensiva», ha señalado Asaja, que ha incidido en que, de confirmarse, la presencia de lobos se debe a la expansión de la especie, que está dentro del listado de protección especial, lo que imposibilita su control cinegético.

Si se confirmara la presencia de lobos en la provincia, Asaja ha anunciado que pedirá la modificación de la legislación regional que recoge indemnizaciones y ayudas para paliar los daños de este depredador al ganado doméstico.

Hasta ahora, las ayudas solo se circunscriben a la provincia de Guadalajara por ser la única de la región en la que se ha notificado la presencia del lobo ibérico.

De hecho, APAG Guadalajara ha confirmado que, tras unos meses de tranquilidad, los ganaderos han vuelto a sufrir la presencia del lobo en la Sierra Norte, concretamente en la localidad de Cantalojas, donde se han producido varios ataques al ganado desde el 15 de agosto con un balance de siete ovejas muertas, cuatro terneros mordidos y dos desaparecidos.

Es en esta época, cerca del otoño, cuando más ataques se producen, sobre todo por ser el momento en el que las nuevas camadas alcanzan la edad para empezar a aprender a cazar.

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