EFE.- Los injertos, realizados en la finca experimental La Dehesa, en el término municipal de Galaroza, comenzaron en mayo de 2012 con árboles procedentes de Galicia, Francia, Italia o Alemania, siendo hasta el momento los resultados optimistas, según ha informado la Consejería en un comunicado.

El objetivo, como ha expuesto la delegada territorial, Carmen Lloret, es "salvaguardar un sector económico muy necesario para la comarca, porque mantener la actividad es generar posibilidades de empleo, y también para el medio ambiente, porque ese empleo, al mismo tiempo, protege el medio natural".

Lloret, que ha visitado la finca en la que se realizan los ensayos en el marco de una jornada técnica promovida por la Consejería en las instalaciones del Centro de Defensa Forestal (Cedefo) de Galaroza bajo el nombre ‘El Castañar en el Parque Natural’, ha incidido, en este sentido, en que "apostar por el castañar es hacerlo por la sostenibilidad, económica y ambiental".

Un punto en el que se ha mostrado convencida de que este proyecto, en la medida en que frenará el abandono de explotaciones, "ayudará a conservar el ecosistema que mejor evidencia que desarrollo económico y naturaleza son compatibles, la dehesa".

En esta línea, la experiencia, para la que se ha seleccionado una serie de variedades que destacan por la calidad de su fruto, persigue hallar la especie que mejor se adapte a los suelos de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche mediante el estudio de parámetros como el sabor, el tamaño, la temporalidad o la facilidad de pelado, entre otros.

El siguiente paso es su implantación en el castañar tradicional serrano, algo para lo que se pondrán las plantas madres de las variedades que resulten más productivas a disposición de los propietarios para que las injerten en sus explotaciones.

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