Efectivamente, el “greening”, que se propaga a través del referido insecto cuya presencia ha sido detectada por primera vez en la Península, es una bacteria que causa daños irreversibles en los cítricos. La referida enfermedad provoca un decaimiento progresivo del arbolado hasta el punto de volverlo improductivo e incluso puede acabar matándolo.
Hoy por hoy no hay una remedio eficaz para combatirlo
Pero es que, además de esas consecuencias letales sobre el cultivo, lo peor del caso es que hoy por hoy no existen remedios eficaces para combatir el problema, de tal manera que una vez establecido el “greening” sólo cabe el arranque y la quema de las plantaciones afectadas para intentar frenar su avance.
Esta plaga se encuentra firmemente asentada en buena parte de Asia, de donde es originaria, así como en Sudáfrica y Brasil, donde en menos de diez años ha obligado a destruir más de 27 millones de árboles de cítricos o lo que es lo mismo, el equivalente de toda la superficie citrícola de la provincia de Valencia. También en Estados Unidos sufren la presencia del “greening”. En California están aplicando un riguroso plan de control para impedir su propagación y AVA-ASAJA considera que, dadas las circunstancias, en España es preciso adoptar medidas preventivas en esa misma línea.
“En California son conscientes de la magnitud del problema y están actuando en consecuencia”, señala Cristóbal Aguado. “Allí, –prosigue el presidente de AVA-ASAJA– establecen controles exhaustivos mediantes trampas de monitoreo, aíslan las zonas donde aparece el vector transmisor de la bacteria, es decir la psila africana, y las tratan de forma masiva con productos fitosanitarios para impedir que se propague a otras zonas. Lo que hay que hacer, por tanto, es una labor de prevención que tiene que abordarse con gran meticulosidad porque si el “greening” se extendiese por la citricultura española estamos perdidos. Reitero, por eso mismo, que esperamos una respuesta inmediata por parte del Ministerio y, por lo que atañe a la Comunitat Valenciana, por parte de la Conselleria de Agricultura, que está obligada a tomar cartas en el asunto y a liderar la implantación de esas medidas contundentes porque nuestra citricultura está en peligro”.
(Foto: Archivo)