La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) se ha dirigido a la Conselleria y al Ministerio de Agricultura para solicitarles que sigan los pasos dados por la República Italiana y vuelvan a autorizar el uso de la materia activa Metil Clorpirifos para la lucha contra plagas de cítricos y caquis mientras no existan otras alternativas de control biológicas o químicas con garantías suficientes.

Un reglamento comunitario publicado el pasado 13 de enero estableció a los Estados miembros que no renovaran la comercialización y uso del Metil Clorpirifos a partir del 16 de febrero, extendiendo ese periodo de empleo como máximo hasta el 16 de abril, pese a que esta sustancia es utilizada en la mayor parte de países del mundo e incluso el Codex Alimentarius establece un Límite Máximo de Residuos de la misma para comercializar frutas en los mercados. Las administraciones españolas aplicaron este veto al pie de la letra y en contra de las demandas del sector agrario, que se ve incapaz de afrontar importantes plagas como el Cotonet de Sudáfrica (Delottococcus aberiae) que sigue expandiéndose sin control a lo largo de la Comunitat Valenciana.

Mientras tanto, el Ministerio de Sanidad de la República Italiana acaba de decretar la autorización del uso de productos fitosanitarios que contienen la materia activa Metil Clorpirifos, durante un periodo máximo de 120 días, aludiendo a “motivos de emergencia fitosanitaria” para la lucha contra el chinche asiático Halyomorpha halys en frutales de hueso.

El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, pide a los gobiernos autonómico y nacional “una reflexión porque los agricultores españoles no pueden ser menos que los italianos. Si nuestros competidores, tanto en la UE como en países terceros, utilizan un producto que nosotros tenemos prohibido como el Metil Clorpirifos, perderemos competitividad. El mercado comunitario debería aplicar las mismas reglas para todos, lo contrario es una estrategia paradójica y suicida que está provocando que Europa dependa cada vez más de la alimentación de otros lugares y, si algo hemos aprendido con la crisis del Covid-19, es que resulta imprescindible contar con una autosuficiencia alimentaria”.

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